Ciudad de México, 25 Nov- El líder cubano Fidel Castro, una leyenda de la izquierda revolucionaria que gobernó su país durante casi medio siglo, murió la noche del viernes a los 90 años. Cuba decretó nueve días de luto, tiempo durante el que cesarán las actividades y espectáculos públicos, ondeará la enseña nacional a media asta en los edificios públicos y establecimientos militares y la radio y la televisión mantendrán una programación informativa, patriótica e histórica, dio a conocer el Consejo de Estado.
Su hermano, el presidente Raúl Castro, anunció su muerte en un mensaje de televisión. «Con profundo dolor comparezco para informarle a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo que hoy 25 de noviembre del 2016, a las diez y 29 horas de la noche falleció el comandante en jefe de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz», dijo emocionado el mandatario. “En cumplimiento de la voluntad expresa del compañero Fidel, sus restos serán cremados en las primeras horas del sábado 26, ¡Hasta la victoria! ¡Siempre!”.
Era el último superviviente de la Guerra Fría y uno de los actores políticos del siglo XX que más titulares acapararon a lo largo de sus 47 años de mando absoluto en Cuba. Castro Ruz fue un líder autoritario o tirano para media humanidad, leyenda revolucionaria y azote del imperialismo yanqui para los más desposeídos y la izquierda militante.
Estrenó su poder caudillista el 1 de enero de 1959 tras derrocar a tiro limpio al régimen de Batista. Ni siquiera en el ocaso de su existencia, después de que una enfermedad lo apartó del Gobierno en 2006, desapareció su influencia en una isla que siempre se le quedó pequeña, pues Castro la concebía como una pieza de ajedrez en la gran partida de la revolución universal, su verdadero objetivo en la vida.
Castro sobrevivió a 650 intentos de atentado, incluidos planes de la CIA con batidos de chocolate con cianuro y trajes de bucear rociados con bacterias asesinas.
¿Quién fue Castro?
Su historia comienza el 13 de agosto de 1926 en el pequeño poblado de Birán, cerca de Holguín, antigua provincia cubana de Oriente. Fue el tercero de los siete hijos tenidos fuera del matrimonio por Ángel Castro, un rudo hacendado gallego llegado a Cuba como soldado de reemplazo al final de la guerra de independencia y la cubana Lina Ruz.
Con mano de hierro, Castro gobernó 47 años la isla, pero siguió siendo el máximo líder y guía ideológico del régimen después de que enfermó y entregó el mando a su hermano Raúl, cinco años menor, el 31 de julio de 2006.
Castro sobrevivió al encarcelamiento en manos del dictador Fulgencio Batista, al exilio en México y a un aparatoso inicio de su rebelión antes de llegar a La Habana triunfalmente en enero de 1959, cuando a los 32 años de edad se convirtió en el gobernante más joven de Latinoamérica.
Vivió lo suficiente para ver a Raúl Castro negociar una reconciliación diplomática histórica con el presidente estadounidense Barack Obama el 17 de diciembre de 2014, cuando Washington y La Habana anunciaron la restauración de relaciones entre los dos países suspendidas en 1961.
Fidel Castro irrumpió en la historia el 1 de enero de 1959 cuando, al frente de un ejército de «barbudos», derrocó al dictador Fulgencio Batista, tras 25 meses de lucha en las montañas de la Sierra Maestra.
Ese día comenzó una pesadilla para Washington y una era de polarización en América Latina, mientras Cuba se transformaba en el laboratorio de Fidel y la plataforma para su proyección in-ternacional.
Bajo su mando, Cuba protagonizó la crisis de los misiles, la más grave de la Guerra Fría, se convir-tió en santuario de la izquierda insurgente latinoamericana enzarzada en un cruento conflicto armado con dictaduras militares y gobiernos de derecha apoyados por Estados Unidos, y envió a sus tropas a África para defender al gobierno izquierdista de Angola contra las fuerzas del apart-heid sudafricano.
Fidel dirigió los destinos de los cubanos, para unos como un padre insustituible y protector, para otros como un patrón severo, soberbio y mesiánico. Bajo su gobierno nació 70 por ciento de los 11.1 millones de habitantes de la isla.
Sus opositores lo vieron como un implacable dictador que confiscó libertades y propiedades, sometió a la población a penurias económicas y no admitió el disenso. Más de 1.5 millones de cubanos partieron al exilio, sobre todo a Miami, Estados Unidos.
Para sus admiradores fue un paradigma de justicia social y solidaridad con el Tercer Mundo, que elevó a Cuba a potencia mundial en deporte, con niveles de salud y educación descollantes en América Latina.
De personalidad excepcional, compleja y aplastante, a nadie le fue indiferente. Opositores en la isla y el exilio, e incluso algunos «fidelistas», trazan un retrato contrastado: inteligente, ambicioso, audaz, voluntarista, valiente y autoritario.
Uno de sus buenos amigos, el premio nobel colombiano Gabriel García Márquez, escribió de él una vez que “su devoción por la palabra” era “casi mágica”. “Tres horas son para él un buen promedio de una conversación ordinaria. Y de tres horas en tres horas, los días se le pasan como soplos”, señaló Gabo.
Reacciones por la muerte de Fidel
La muerte de Fidel Castro, este viernes a los 90 años, certificó el fin de la era Obama en las relaciones exteriores. El presidente saliente de Estados Unidos reaccionó con un medido ejercicio de equilibrio: ni reproches ni halagos al dictador, sí la mano tendida al pueblo cubano. Menos de una hora después, su sucesor, el presidente electo, Donald Trump, calificó al finado de «brutal dictador» y enterró la política de su antecesor en este viejo conflicto. El deshielo impulsado en 2014 por Obama y Raúl Castro entre el país comunista y su enemigo yanqui quedó herido de muerte.
«Hoy el mundo marca el fallecimiento de un dictador brutal que oprimió a su propio pueblo durante casi seis décadas. El legado de Fidel Castrose caracteriza por los pelotones de fusilamiento, el robo, el sufrimiento inimaginable, la pobreza y la negación de los derechos humanos fundamentales», dijo este sábado. El texto, muy contundente, proseguía así: «Cuba sigue siendo una isla totalitaria, espero que el día de hoy sea un paso para alejarse de los horrores que se han soportado durante demasiado tiempo» e incluía una promesa: «Nuestra Administracion hará todo lo que pueda para asegurar que el pueblo cubano empiece su viaje a la libertad y la prosperidad».
El Premio Nobel Mario Vargas Llosa, dijo que a Fidel Castro no lo absolverá la historia y espera que su muerte abra en Cuba un periodo de apertura, tolerancia y democratización. El escritor dijo que la historia hará un balance de estos 55 años de dictadura.
En su cuenta de Twitter, el Presidente Enrique Peña Nieto expresó su pésame y escribió “fue un amigo de México, promotor de una relación bilateral basada en el respeto, el diálogo y la solidaridad»…
En Venezuela, el presidente Nicolás Maduro también utilizó las redes sociales para despedir a quien su antecesor Hugo Chávez consideraba su padre político e inspiración permanente para los nuevos «revolucionarios». En tanto, los mandatarios de Ecuador, Rafael Correa y de Bolivia, Evo Morales, ambos aliados de Cuba y Venezuela, elogiaron la grandeza de la figura de Castro y prometieron seguir su legado.
En Europa, el presidente del Gobierno Español, Mariano Rajoy, calificó al líder cubano como “una figura de calado histórico”; mientras que el mandatario francés Francois Hollande, dijo que el líder de la revolución cubana supo representar el orgullo del rechazo de la dominación exterior. Horas después, según el rotativo Le Figaro Hollande, instó a Estados Unidos a que levante el embargo contra Cuba «de manera definitiva» para que la isla pueda volver a ser considerada como un socio en todo el mundo.
Luto nacional
El Consejo de Estado en Cuba informó que el traslado de las cenizas de Fidel Castro desde La Habana, donde residía, hasta Santiago de Cuba, su provincia natal, comenzará el miércoles 30 de noviembre y se prolongará hasta el 3 de diciembre, pues seguirá un recorrido “que rememora La Caravana de la Libertad” que tuvo lugar en enero de 1959.
A su llegada a Santiago habrá un “acto de masas” en la Plaza Antonio Maceo de esa ciudad y la ceremonia de inhumación se efectuará al día siguiente en el cementerio de Santa Ifigenia, también en Santiago.
Antes, la población podrá acudir a rendir homenaje a Fidel Castro en el Memorial José Martí de La Habana desde las 9 de la mañana hora local el próximo lunes 28 y hasta el mediodía del martes 29.
Y el martes 29 a las 19:00 horas de Cuba se celebrará “un acto de masas” en la Plaza de la Revolución de La Habana.
Asimismo, el lunes y el martes entre las nueve de la mañana y las diez de la noche, la población podrá “rendir homenaje y firmar el solemne juramento de cumplir el concepto de Revolución, expresado por nuestro líder histórico el primero de mayo del 2000, como expresión de la voluntad de dar continuidad a sus ideas y a nuestro socialismo”, agrega el comunicado de la comisión.
Con motivo del fallecimiento del líder cubano también se posponen un mes los actos y desfiles militares previstos para el 2 de diciembre con motivo del 60 aniversario del desembarco de los expedicionarios del yate Granma en Cuba, uno de los hitos que marcaron el inicio de la Revolución en el país caribeño.
Con información de El País, El Nuevo Herald, El Financiero
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