Ciudad de México, 9 Ago.- El amor por el deporte y los valores olímpicos lograron romper con todas las barreras geopolíticas impuestas, durante la justa mundialista que se lleva a cabo en Río de Janeiro.
Fue gracias a las gimnastas Lee Eun-jun de Corea del Sur, y Hong Un-jong originaria de Corea del Norte, que el mundo recibió una lección poderosa sobre humildad y reconciliación, quienes luego de debutar en los Juegos Olímpicos de 2016, intercambiaron un amistoso saludo y posaron para una selfie que ha dado la vuelta al mundo.
De inmediato los comentarios en redes sociales surgieron, aplaudiendo el profesionalismo de ambas deportistas, que más allá de pertenecer a naciones que durante más de 60 años sostuvieron una cruenta guerra, y que hasta la fecha se mantienen enemistadas, lograron una unión simbólica entre Corea del Sur y Corea del Norte.