Ciudad de México, 7 Jul.- Fue emocionante para la revolución tecnológica, pensar en fusionar la impresión 3D, la nanotecnología y aviones no tripulados que dio a conocer la investigación de vanguardia en BAE Systems junto a la Universidad de Glasgow, quienes crearon la mezcla de estos tres elementos, dando como resultado aviones no tripulados.
Los investigadores de ambas instituciones están trabajando en un proyecto con sabor a ciencia ficción, dirigido a la creación de aviones militares a la medida que tendría como plus, ser un invento molecular que podría construirse en cuestión de días o semanas.
En teoría, el trabajo permitirá crear aviones no tripulados y otros equipos militares especializados para diseñar, construir y desplegarlos a gran velocidad, en respuesta a cualquier situación que se presente.
«El mundo de los aviones militares y civiles está en constante evolución y ha sido emocionante trabajar con científicos e ingenieros fuera de BAE Systems y considerar cómo algunas tecnologías británicas podrán hacer frente a las amenazas militares del futuro», dijo el profesor Nick Colosimo, ingeniero de BAE Systems.
El innovador trabajo se basa en una tecnología llamada Chemputer, utilizada actualmente en la Universidad de Glasgow, por lo que el profesor de la universidad, Lee Cronin la ha llamado “Química controlada digitalmente” (Digitally controlled chemistry).
Chemputer, involucra más que solo aviones no tripulados, también agrega la creación de nuevas herramientas que en el futuro, ayudarán a dirigir el montaje de objetos complejos en una máquina con solo configurar al sistema, sin la necesidad de la intervención humana.
«A la empresa le interesa ser capaz de imprimir en 3D, como un tubo de ensayo o una herramienta de trabajo, a la que después se le añadan productos químicos, se auto ensamblen y tener como resultado nuevos tipos de nano-materiales a escala, de acuerdo, al profesor Cronin, experto en tendencias digitales.
Cronin, reconoce que la idea de usar la química para crear aviones no tripulados desde el principio sigue siendo como un sueño imposible, es una ambición emocionante para el futuro, poniendo a prueba a los ingenieros al pensar de manera diferente, realizando la nanotecnología a partir de moléculas en los materiales.
«Estoy seguro de que será posible auto-ensamblar compuestos complejos que podrían ser utilizados para las alas de aviones, (…) los otros proyectos son un desafío a largo plazo”, concluyó el profesor de la Universidad de Glasgow.