Ciudad de México, 19 Jul.- Si creías que lo habías visto todo, ahora llega un nuevo uso para la tecnología de las impresoras 3D, conocidas por utilizarse en campos tan variados como el de la medicina o el arte, ahora se introducen a la gastronomía, en un restaurante gourmet, el primero que ofrece comida hecha con impresoras 3D, llamado Food Ink.
Esta idea es obra del chef Antony Dobrzensky y Mario Barradas, quienes han fusionado sus talentos en la cocina con una vision futurista. A través de su página oficial, Food Ink detalla “somos un concepto emergente donde la alta cocina se une al arte, la filosofía y las tecnologías del mañana“.
Para lograr y desarrollar la idea, los fundadores convocaron a diversos arquitectos, artistas, chefs, diseñadores, ingenieros industriales e inventores tecnológicos.
Lo interesante de tan singular restaurante es que no solo lo que se come es obra de la tecnología . El concepto incluye el mobiliario completamente impreso como las sillas, las mesas e incluso hasta los cubiertos se han realizado con esta novedosa técnica, usada por primera vez de manera profesional en el mundo de la restauración.
Ademas, la iluminación y decoración también fueron hechos en impresoras, y por si fuera poco, hasta la música que escuchan los comensales fue compuesta mediante inteligencia artificial.
Food Ink ofrece un menú de nueve tiempos, con la finalidad de crear una experiencia gastronómica y artística única.
“Creemos que la tecnología debe servir a un propósito y lo estamos utilizando para añadirle magia. Tomamos las tendencias mas innovadoras, como la impresora en 3D y la realidad aumentada, para presentar las mas exquisita experiencia interactiva comestible” señala su pagina web.
Este nuevo concepto de restaurante deambulante o pop-up dará la vuelta al mundo. El pasado abril ya estuvo en los Países Bajos. Ahora llega a Londres por tres meses con la experiencia, su cuesto es de £225. Próximamente Food Ink espera dar la vuelta al mundo y establecer restaurantes en Berlín, París, Barcelona, Nueva York, Tokio o Sidney, entre otras.
(Imágenes: Food Ink web)