México 14 Jun.-
Las complejas síncopas jazzísticas y la fusión de ritmos de Hernán Hecht X-Pression Quartet cerraron la Primera Temporada del Tabacalera Jazz Club 2016 en el Museo Nacional de la Revolución.
La alineación de X-Pression Quartet, integrado por Aarón Flores en la guitarra, Alonso López en el contrabajo, Federico Sánchez en la guitarra de acompañamiento y Hecht detrás de la batería, subió al escenario del Tabacalera Jazz Club para ofrecer al público asistente una propuesta renovada, con una paleta que va desde el jazz de la vieja escuela, pasando por el blues y aderezándolo con un toque de rock experimental.
El primer tema en emanar de los instrumentos del cuarteto fue Maru, melodía incluida en el álbum X-Pression Quartet, de 2005, creando una atmósfera musical que mantuvo al público cautivo gracias a su singular estructura musical.
Inmediatamente después, el ensamble digitó Visiones, canción que conforme fue avanzando, así lo hizo en intensidad hasta culminar en una explosión de guitarras y sonidos arraigados en el jazz más tradicional.
“Es lindo ver tanta gente. Hoy tocaremos algo de música para ustedes, espero lo disfruten”, dijo Hecht a un público ansioso que esperaba más notas y melodías.
Tras un pequeño jam, con el que provocaron los aplausos y silbidos de los escuchas, el conjunto interpretó Cisne, de la autoría del cantautor argentino Luis Alberto “El Flaco” Spinetta, con un arreglo que rindió un muy digno homenaje a la versión original del tema.
“La siguiente canción, Camuflaje, es original de Gustavo Cerati. Espero les guste”, subrayó el baterista antes de comenzar la interpretación del tema, incluido en Siempre es hoy, tercer álbum solista del fallecido líder de Soda Stereo.
La hechura de este arreglo consistió en brindar un mayor espacio entre compases, así como dar prioridad a la guitarras de Aarón Flores y Federico Sánchez, que en todo momento se complementaban.
La última velada del primer ciclo del Tabacalera Jazz Club en el año, que llevó una propuesta musical fresca durante las noches de viernes en el Museo Nacional de la Revolución, fue clausurada con la virtuosa interpretación de Sankalpa, obra de largos pasajes instrumentales y oníricos que permitieron al público asistente sentir la esencia del jazz: la improvisación.
“Fue una experiencia muy grata, tanto por parte del público como de los músicos; el desempeño de todo el festival y el alcance que ha tenido este año es muy satisfactorio”, apuntó Alonso Magaña, coordinador y curador del ciclo de jazz.
“Lo que me deja esta primer temporada es que siempre se puede llegar a más personas y siempre se puede dar un paso más adelante en cuanto a la difusión del género en la Ciudad de México”, dijo Magaña en cuanto a la presencia de público en el ciclo musical.
Magaña recordó que este año la mayoría de los recitales se realizaron afuera del Museo Nacional de la Revolución, lo que favoreció la llegada de más público.
“En cada concierto acomodábamos aproximadamente entre 300 y 500 sillas, mismas que se llenaban minutos antes de cada concierto. Calculamos que alrededor de 7 mil personas pudieron disfrutar esta temporada”, estimó.
El curador adelantó que para la Segunda Temporada del Tabacalera Jazz Club se hará un trabajo más arduo, con líneas curatoriales más específicas y dirigidas, pero siempre conservando la calidad de los músicos.
Durante la Primera Temporada del Tabacalera Jazz Club desfilaron por el escenario del Monumento a la Revolución exponentes del jazz nacional como PP Moran Quartet, quienes iniciaron la programación el pasado 6 de mayo con su propuesta, basada en un jazz más primigenio.
Moscas Bravas, lideradas por David Zepeda, tomaron el escenario del Museo Nacional de la Revolución para deleitar al público con las influencias tan diferentes que tiene cada uno de sus integrantes, pues la banda está llena de dinámicas y fusiones de distintos géneros, entre ellos jazz, funk, rock progresivo, drum n´ bass y swing.
El 20 de mayo Tarr Trío ofreció un set de jazz contemporáneo, con notables influencias de compositores como Darcy James, Bad Plus, Kurt Rosenwinkel, Tom Kessler, Miles Okazaki, Antonio Sánchez, Matt Brewer, entre otros.
El sonido de la banda presentó fielmente una paleta llena de colores musicales de la cual adquiere una identidad propia, siempre adaptando técnicas y conceptos recogidos de toda expresión artística para dar una versión renovada del jazz contemporáneo que se manufactura en México.
La programación continuó con el concierto de Mario Patrón Trío, quien rindió homenaje a grandes figuras del jazz, como Keith Jarrett y Chick Corea, de la mano del contrabajista Jaime Ferrada y el baterista Hans Ávila.
La penúltima presentación corrió a cargo de Federico Sánchez, quien junto a Jorge Servín en la batería, Alonso López Valdés en el bajo eléctrico y Pablo Aguirre en la segunda guitarra, exploraron las posibilidades que la fusión de jazz, rock y música electrónica brindan a su sonido.