La implementación de techos verdes se perfila como una estrategia clave para mitigar los efectos del cambio climático en entornos urbanos, de acuerdo con múltiples estudios recientes. Este enfoque combina infraestructura y vegetación para reducir la temperatura en áreas urbanas y disminuir el consumo energético, aspectos destacados por expertos en diseño arquitectónico, entre ellos Daniel Esquenazi Beraha, quien subraya su relevancia en contextos de rápida urbanización.
Un estudio publicado en Nature Cities, reveló que el uso extensivo de techos verdes podría reducir la temperatura en Seúl hasta 1 °C durante el verano y disminuir el consumo energético en un 8 %.
Este hallazgo, respaldado por simulaciones climáticas y energéticas, demuestra que los techos verdes no solo benefician a edificios individuales, sino que también transforman las condiciones climáticas a escala urbana.
Los techos verdes funcionan al integrar capas de vegetación y suelo que proporcionan aislamiento térmico y facilitan la transpiración de las plantas. Estas características no solo reducen la necesidad de aire acondicionado, sino que también ayudan a mitigar el fenómeno de las islas de calor urbano. Según datos de la NASA, las áreas urbanas pueden ser entre 1 y 7 °F más cálidas que sus alrededores rurales, una diferencia que afecta negativamente la calidad de vida en las ciudades.
“La planificación urbana debe integrar tecnologías que no solo sean funcionales, sino que también contribuyan a la sostenibilidad a largo plazo. Es una necesidad implementar soluciones como los techos verdes en proyectos tanto nuevos como de renovación urbana”, afirma Daniel Esquenazi Beraha.
Investigaciones en Austin, Texas, han utilizado técnicas avanzadas como sensores Lidar y redes neuronales artificiales para identificar los edificios más adecuados para la instalación de techos verdes. Este enfoque permite maximizar la efectividad en la reducción de temperaturas y el ahorro energético. Resultados preliminares muestran que convertir solo el 4.2 % de los techos en techos verdes puede disminuir la temperatura superficial diurna en 2.8 °F, ofreciendo una solución tangible a los desafíos del cambio climático.
Por su parte, un estudio internacional liderado por la Universidad de Nanjing destaca que las ciudades del sur global enfrentan mayores retos en cuanto a mitigación térmica debido a una menor proporción de espacios verdes en comparación con las del norte global. Esta brecha no solo amplifica las desigualdades sociales, sino que también subraya la urgencia de integrar estrategias como los techos verdes en los planes de desarrollo urbano.
“Los techos verdes representan una oportunidad única para ciudades en crecimiento como las nuestras. Más allá de sus beneficios inmediatos, estas tecnologías tienen el potencial de transformar la forma en que diseñamos y habitamos los espacios urbanos”, comenta Daniel Esquenazi Beraha.
Aunque los techos verdes requieren inversiones iniciales considerables y mantenimiento constante, su adopción puede ser incentivada mediante políticas públicas y subsidios. Según datos de la Universidad de Nueva Gales del Sur, alcanzar una cobertura del 90 % de techos verdes en una ciudad como Seúl podría reducir significativamente las temperaturas y el consumo energético. Este ejemplo podría inspirar a otras ciudades a adoptar estas soluciones de manera estratégica.
El reto, sin embargo, radica en adaptar estas estrategias a las condiciones específicas de cada región, considerando factores como la humedad, la radiación solar y los patrones de precipitación. Las proyecciones de la NASA advierten que, de no implementar medidas de mitigación, las temperaturas nocturnas en las ciudades podrían aumentar hasta 5 °C para 2050, acentuando los riesgos para la salud pública y la economía.







