Invertir en tierras de cultivo ofrece una oportunidad única de estabilidad y consistencia. La alta fragmentación, compuesta principalmente por granjas familiares, contribuye a la baja volatilidad de las tierras de cultivo, convirtiéndolas en una eficaz cobertura contra inflación y volatilidad del mercado, concluye el especialista mexicano Rodrigo Besoy Sánchez.
En las inversiones alternativas, las tierras de cultivo han surgido como una opción atractiva. Desde 1990 hasta 2021, las tierras agrícolas, conocidas por su estabilidad, han exhibido retornos notables que rivalizan con acciones y bienes raíces, según datos proporcionados por AcreTrader, explica Rodrigo Besoy Sánchez, especialista en inversiones.
Los inversores tienen diversas opciones para ingresar a este mercado. La propiedad directa, reflejando inversiones tradicionales en bienes raíces, implica la compra, el cultivo o el arrendamiento para obtener ingresos. Para aquellos que buscan liquidez, explorar acciones públicas relacionadas con tierras de cultivo, como los REIT especializados, es una alternativa.
“Para una diversificación adicional, existen fondos mutuos y ETF etiquetados como “ETF de tierras de cultivo”. Sin embargo, es esencial examinar las tenencias para garantizar exposición directa a tierras agrícolas. Los inversores institucionales con capitales más elevados pueden considerar fondos privados que ofrecen exposición a tierras de cultivo con posibles tarifas más altas, pero también gestión profesional”, explica Besoy Sánchez.
Asimismo indicó que un aspecto a destacar es que la inversión en tierras de cultivo puede ofrecer beneficios fiscales debido a su clasificación como activo agrícola, aunque estos beneficios varían entre estados y están sujetos a cambios.
Según datos del Consejo Nacional de Fiduciarios de Inversiones Inmobiliarias (NCREIF), existe un aumento del 231 % en inmuebles propiedad de empresas de inversión entre 2008 y el segundo trimestre de 2023, con un valor que se disparó más del 800 %, alcanzando alrededor de $16.2 mil millones.
A pesar de representar una fracción pequeña del total de tierras de cultivo de EE. UU., la velocidad de las adquisiciones genera preocupaciones. Legisladores temen que los intereses corporativos hagan inaccesibles las tierras agrícolas para la próxima generación, provocando discusiones sobre restricciones potenciales.
“Es inminente un cambio demográfico en la propiedad de tierras de cultivo, con familias agrícolas envejecidas controlando una parte significativa”, menciona Rodrigo Besoy Sánchez. El especialista quien realiza sus inversiones a través de Fabetri S.A., destaca que esta transición presenta una oportunidad de inversión sustancial, especialmente considerando la creciente demanda global de alimentos.
Para mejorar la eficiencia y sostenibilidad, los avances tecnológicos, como la tecnología GPS y el software de análisis en la nube, desempeñan un papel crucial. Estas innovaciones contribuyen al atractivo de las inversiones en tierras de cultivo al garantizar rentabilidad y sostenibilidad.
Desde la perspectiva de empresas de inversión, las tierras de cultivo se consideran activos resistentes contra la inflación, ofreciendo retornos estables y presentando riesgo limitado a la baja.
Su atractivo radica en su similitud con el oro como activo sólido. El índice de tierras de cultivo de NCREIF ha mostrado un retorno anual promedio del 11.4 % en los últimos 25 años, superando el 9.3 % del S&P 500.
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