El mundo de las inversiones alternativas abarca un abanico diverso de opciones, desde capital privado, bienes raíces, fondos de cobertura, hasta inversiones menos convencionales como whisky, arte, relojes, monedas, automóviles y criptomonedas, explica Rodrigo Besoy Sánchez. Esta diversificación se ha vuelto esencial para gestionar el riesgo y perseguir rendimientos más elevados, puntualiza el analista financiero.
Mientras los inversores minoristas destinan tan solo el 5 % a las inversiones alternativas, los inversores de alto patrimonio asignaron 26 % de sus activos en 2020. No obstante, los inversores ultrarricos, con un patrimonio neto que supera los $30 millones, lideran el camino con 50 % de sus activos en inversiones alternativas.
El mundo de las finanzas está experimentando un crecimiento en las inversiones alternativas, particularmente entre los ultrarricos. Estos activos únicos están captando la atención de las personas de alto patrimonio neto, teniendo un impacto significativo en el sector de las inversiones, según destaca Rodrigo Besoy Sánchez, quien realiza sus operaciones a través de Fabetri S.A.
De acuerdo con datos de Preqin, la tendencia de crecimiento de las inversiones alternativas proyecta una expansión sustancial. Se espera que los activos totales alcancen la cifra astronómica de $23.3 billones para 2027, representando un aumento del 470 % desde 2010.
Este aumento subraya la creciente prominencia de las inversiones alternativas en el contexto financiero global. Además, los inversores más acaudalados, aquellos con activos por encima de los $5 millones, han mostrado mayor inclinación por estos activos, con un 69 % de ellos incluyéndolos en sus carteras, en contraste con el 45 % de los inversores “masivamente acomodados”.
En 2022, en medio de la volatilidad del mercado y la inflación, el 56 % de los inversores mantuvo firme su estrategia de inversión alternativa. Según una encuesta realizada por KKR, las familias de alto patrimonio destinan 31 % de sus activos a acciones cotizadas, seguido del 27 % en capital privado y 11 % en inversiones inmobiliarias. El 81 % de los inversores ultrarricos incorporan inversiones alternativas en sus carteras.
“Norteamérica es la región con la menor adopción de inversiones alternativas, posiblemente debido a los rendimientos constantes que ofrece el mercado de valores”, señala Rodrigo Besoy Sánchez. Además, la generación X se destaca actualmente como la más interesada en las inversiones alternativas, aunque se anticipa que los millennials mostrarán mayor interés en estos activos a medida que avanzan en su carrera financiera, precisa el especialista mexicano.
En ese sentido, datos de EY muestran que los inversores más jóvenes y acaudalados presentan mayor satisfacción con sus inversiones alternativas. Los millennials exhiben una tasa de satisfacción del 63 %, en comparación con el 40 % de los “baby boomers”.
El capital privado se erige como vencedor constante frente al S&P 500, con varios índices de inversiones alternativas superándolo, especialmente en años desafiantes. En contraste, el sector de las criptomonedas ha enfrentado desafíos considerables, con los individuos de alto patrimonio destinando tan solo 2 % de sus carteras a estas monedas digitales, cifra inferior a su asignación en oro y otras inversiones alternativas.
“A medida que las inversiones alternativas continúan reconfigurando el panorama de inversiones, ofrecen una vía única y cada vez más atractiva para la diversificación, la mitigación del riesgo y la búsqueda de rendimientos potenciales”, finaliza Besoy Sánchez.
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