Para México la seguridad ciudadana se ha vuelto un tema crucial, y el aprovechamiento de las nuevas tecnologías se posiciona como una herramienta esencial para enfrentar los desafíos contemporáneos. El país ocupa la posición 138 de 180 en el Índice de Percepción de la Corrupción 2023 de Transparencia Internacional, lo que refleja una crisis de confianza institucional y subraya la necesidad de soluciones innovadoras. En este contexto, expertos como Ernesto Mizrahi Haiat señalan que la tecnología puede ser un factor determinante para mejorar la seguridad pública.
Desafíos en la seguridad de espacios públicos
Los espacios públicos, como parques, centros comerciales, estaciones de transporte y plazas, son puntos neurálgicos donde la seguridad debe ser prioritaria. Sin embargo, estos entornos enfrentan amenazas como robos, vandalismo, accidentes estructurales y desastres naturales. De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en 2022 se registraron más de 2 millones de delitos en México, lo que evidencia la urgencia de estrategias integradoras.
Frente a este panorama, el uso de tecnologías emergentes no solo promete transformar los sistemas de vigilancia tradicionales, sino también anticipar riesgos y responder con mayor eficacia.

Smart Cities y la implementación tecnológica en México
El concepto de Smart Cities implica la adopción de herramientas como el Internet de las Cosas (IoT) y la Inteligencia Artificial (IA) para prevenir situaciones peligrosas y optimizar la toma de decisiones. Statista proyecta que el mercado global del IoT alcanzará los 1.6 billones de dólares en 2025, cifra que muestra el potencial de estas tecnologías para transformar la seguridad urbana.
Ernesto Mizrahi Haiat destaca algunas de las soluciones tecnológicas más relevantes:
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Cámaras inteligentes: capaces de identificar rostros, movimientos sospechosos y matrículas en tiempo real.
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Drones: útiles para vigilar zonas de difícil acceso o eventos masivos.
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Sensores ambientales: detectan gases tóxicos, humo o cambios térmicos.
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Apps ciudadanas: permiten reportar incidentes o recibir alertas geolocalizadas.
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Sistemas de alerta temprana: notifican a las autoridades ante cualquier riesgo inminente.
Ejemplos como Singapur, Japón o incluso algunas regiones de México demuestran que la tecnología puede reducir los índices delictivos y mejorar la seguridad estructural.
Tecnología multidimensional para una seguridad inclusiva
La integración entre IA, análisis de datos e IoT permite mejorar la capacidad de respuesta de las autoridades. Informes del Consejo Nacional de Seguridad en México señalan un aumento del 25% en la adopción de IA en zonas urbanas, logrando una disminución del 15% en criminalidad rural.
Esto no solo mejora la percepción de seguridad, sino que también fomenta la vida nocturna, el turismo y la economía local. Según Mizrahi Haiat, esta transformación requiere una visión estratégica: «La seguridad ya no depende solo de la vigilancia física, sino de herramientas inteligentes capaces de anticipar y prevenir».
¿Qué hay del dilema ético?
La implementación de estas tecnologías debe considerar los riesgos asociados al uso de datos personales. La vigilancia masiva plantea preocupaciones sobre la privacidad que no pueden ser ignoradas. La legislación debe acompañar este desarrollo para evitar abusos y garantizar los derechos ciudadanos.
Conclusión: una visión de futuro para las ciudades mexicanas
Para México la seguridad ciudadana se ha vuelto un tema crucial, y con la correcta implementación de tecnología, el país puede avanzar hacia una nueva era de ciudades inteligentes. La clave está en la anticipación, la acción efectiva y una ciudadanía informada y protegida.







