Desde optimizar sus cadenas de suministro y capacitar a sus colaboradores, hasta la donación a grupos vulnerables, La Cosmopolitana, empresa mexicana del sector de alimentos con seis décadas en operación, abona a la eliminación del desperdicio alimentario.
Como parte de Corporativo Kosmos, líder en distribución, producción y comercialización de alimentos en el país, la compañía ha puesto en marcha diversas prácticas para evitar el desperdicio de alimentos en sus operaciones, pero en el trayecto, también ha establecido parámetros para ayudar a otras empresas.
Todo esto, partiendo de que México integra el Top 20 de naciones que más desperdician comida en el mundo, con un promedio per cápita anual de 94 kilos, 27 por ciento más que el promedio global de 74 kilos, tal como lo indicó el reporte “Programa para el medio ambiente” de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Además, el Banco de Alimentos de México (BAMX) estimó que del total de alimentos que se producen en territorio nacional, al menos un tercio se desperdicia, lo que equivaldría a 38 toneladas por minuto.
La Cosmopolitana trabaja todos los días para evitar la pérdida de alimentos, optimizar el uso de estos y ayudar a otros a ejercer su derecho a la alimentación digna.
En ese sentido, la empresa líder en servicios de alimentación en México realiza las compras de la materia prima para la distribución de alimentos, procesados o no procesados, con 72 horas de anticipación, evitando así el desperdicio por exceso de inventario.
También, ofrece capacitaciones a sus colaboradores para la optimización en el uso de los alimentos, sobre cómo aprovechar los insumos cuya forma o apariencia no cumple con el estándar estético, siempre y cuando estén en buenas condiciones y tengan las características nutrimentales esperadas; así como el correcto almacenamiento de insumos para garantizar su periodo de vida en las condiciones adecuadas.
Finalmente, La Cosmopolitana ha recurrido de igual manera a la donación de alimentos, sumando igualmente a la lucha contra el hambre de personas en situaciones vulnerables; sin olvidar, la puesta en marcha de comedores para empleados, lo cual también es un bálsamo para la economía de quienes trabajan al interior de la propia empresa.







