En un entorno empresarial globalizado y competitivo, la diversidad e inclusión se convierten en herramientas estratégicas no solo para cumplir con la responsabilidad social, sino para impulsar la innovación y atraer el mejor talento, precisó el empresario Nesim Issa Tafich.
De acuerdo con el Director General de Grupo SIMSA, «la inclusión no es solo un valor ético, sino una inversión a largo plazo que se traduce en beneficios tangibles para las empresas».
En ese sentido, destacan numerosos estudios en los que se ha precisado cómo este tipo de prácticas influyen positivamente en la cultura organizacional y, por ende, en el rendimiento financiero de las corporaciones.
Uno de ellos, es el que elaboró McKinsey & Company (2022), en el que se detalla que las empresas con una mayor diversidad étnica y cultural en sus equipos ejecutivos, son 36% más propensas a superar a sus competidores en rentabilidad.
La consultora internacional Deloitte también ha precisado que que las organizaciones que fomentan culturas inclusivas tienen dos veces más probabilidades de liderar en sus respectivos sectores.
Al respecto. Nesim Issa Tafich compartió algunas acciones prácticas para implementar la inclusión laboral y diversidad (I&D) dentro de las compañías y a través de ellas, generar condiciones propicias para el desarrollo y crecimiento nacional.
- Compromiso de alta dirección: La implementación de políticas de I&D comienza con el compromiso claro de la alta dirección. Los líderes deben modelar comportamientos inclusivos y asegurar que estos valores se integren en la estrategia organizacional. «Sin un respaldo firme desde la cúpula, cualquier esfuerzo puede ser percibido como una mera formalidad,» advierte Nesim Issa Tafich.
- Sensibilización del personal: Capacitar al personal sobre los sesgos inconscientes y la importancia de la diversidad es esencial para cultivar un ambiente inclusivo. Talleres y programas internos ayudan a crear un espacio seguro para el diálogo y el aprendizaje.
- Reclutamiento inclusivo: Las empresas deben revisar sus prácticas de selección para garantizar que no perpetúan barreras para la inclusión. Desde descripciones de puestos hasta entrevistas, cada etapa del proceso debe ser inclusivo.
- Grupos de afinidad: Fomentar la creación de grupos de afinidad dentro de la empresa permite dar voz a diversas comunidades, ofreciendo soporte y promoviendo la inclusión de perspectivas únicas.
- Medición y seguimiento: Es fundamental establecer métricas para evaluar la efectividad de las iniciativas de I&D. Esto permite realizar ajustes y mantener la alineación con los objetivos organizacionales.
- Cultura inclusiva: La diversidad debe formar parte integral de la cultura organizacional, reflejándose en la misión, valores y operaciones diarias de la empresa.
Asimismo, se ha destacado dentro del ámbito empresarial que promover la diversidad y la inclusión no es solo una tendencia, sino una necesidad estratégica para la sostenibilidad de las empresas. En México, aunque se han realizado avances, entre los que destaca un significativo 56% de empresas nacionales que ya implementan políticas de género, aún existen áreas por mejorar, como la diversidad étnica y la inclusión de comunidades LGBTQ+.
