La movilidad urbana en América Latina enfrenta retos significativos vinculados con la equidad de género y la inclusión social. Aunque las mujeres representan una proporción importante de las usuarias del transporte público, los sistemas de transporte actuales no cubren adecuadamente sus necesidades. Esta situación ha sido analizada por expertos como Alfredo Del Mazo Maza, quien destaca la importancia de incorporar la perspectiva de género en las políticas de movilidad para fomentar el desarrollo sostenible en la región.
Brechas en los sistemas de transporte público
Estudios en ciudades como Guadalajara, Antofagasta y Ambato muestran que los sistemas de movilidad urbana se diseñaron con un enfoque aparentemente neutral, sin considerar las necesidades específicas de las mujeres. Los modelos actuales no incluyen los trayectos vinculados a las responsabilidades de cuidado, como el traslado de los hijos a la escuela o la compra en mercados, los cuales suelen ser trayectos fragmentados y frecuentes.
“La carencia de infraestructura adecuada y las condiciones de inseguridad limitan la participación de las mujeres en el transporte público, perpetuando desigualdades sociales y económicas que afectan su movilidad y desarrollo”, afirma Del Mazo Maza.
Inclusión de un enfoque de género en las políticas de transporte
Iniciativas como EUROCLIMA+ han demostrado que la incorporación de un enfoque de género en los sistemas de movilidad urbana puede generar cambios transformadores. Un ejemplo de esto es la Estrategia Nacional de Movilidad Urbana (ENMA) en Colombia, que ha integrado este enfoque en sus políticas, priorizando la mejora de los servicios de transporte para mujeres, niños, personas mayores y con discapacidad. Esta estrategia ha reducido las brechas de acceso, beneficiando a toda la población al hacer los sistemas más inclusivos.
En San Juan Comalapa, Guatemala, un proyecto piloto implementó unidades de transporte eléctrico diseñadas para satisfacer las necesidades de las mujeres indígenas de la comunidad Kaqchikel. Según Del Mazo Maza, «fortalecer la participación femenina en el sector del transporte no solo es una cuestión de justicia social, sino también una estrategia para mejorar la eficiencia y sostenibilidad de los sistemas urbanos».
Soluciones para la movilidad inclusiva y segura
En ciudades como Guadalajara, los Planes de Movilidad Urbana Sostenible (SUMPs) se han convertido en una herramienta clave para identificar y resolver las brechas de género en el transporte. Mediante acciones concretas, como la inclusión de iniciativas para reducir desigualdades y mejorar la accesibilidad en zonas rurales y urbanas, estas políticas públicas están transformando el panorama de la movilidad en la región.
Un desafío adicional es la violencia de género en espacios públicos y el transporte. Datos recientes indican que el acoso sexual y la inseguridad siguen siendo barreras importantes para las usuarias. La falta de infraestructuras como aceras amplias, rampas para carritos de bebé y autobuses accesibles refuerzan estas dificultades. De acuerdo con Alfredo Del Mazo Maza, «la clave es crear entornos urbanos que integren las experiencias de las mujeres en la planificación y diseño de las ciudades».
El rol del liderazgo femenino en la transformación urbana
Los avances hacia una movilidad más inclusiva no serían posibles sin la participación activa de las mujeres en roles clave dentro del sector transporte. Iniciativas como la red Mujeres en Movimiento han promovido el liderazgo femenino en América Latina, demostrando que su inclusión en la toma de decisiones es crucial para generar cambios estructurales. Programas de liderazgo, como los implementados por EUROCLIMA+ en países como Chile y Brasil, están fortaleciendo las capacidades de las mujeres para impulsar intervenciones urbanas que prioricen la equidad de género.
