Desde el 1 de enero de 2025, el salario mínimo en México subió de 248.93 a 278.80 pesos diarios, con el objetivo de mejorar el poder adquisitivo. No obstante, Alejandro Nassar Piñeyro, especialista en derecho laboral, advierte que este incremento por sí solo no garantiza una mejor calidad de vida.
Más de 22 millones de trabajadores con ingresos insuficientes
Aproximadamente 22.3 millones de empleados ganan hasta 7,468 pesos al mes, una cifra que evidencia una situación económica vulnerable. Aunque el salario medio del IMSS se elevó un 64.7% entre 2018 y 2024, la inflación del 35.2% redujo el crecimiento real a solo 21.8%.
Con un incremento anual promedio del 3.3%, todavía estamos lejos de garantizar un salario digno. Según Nassar Piñeyro, el aumento debe ir acompañado de políticas de seguridad social y acceso a servicios esenciales.
¿Cómo lograr un impacto real en la economía laboral?
A pesar del aumento del 110% en el salario mínimo en el anterior sexenio, Nassar Piñeyro advierte que sin capacitación y desarrollo profesional, este ajuste no erradicará la pobreza.
Dado que una canasta básica cuesta 4,628 pesos, el nuevo salario mínimo solo cubre 1.8 canastas, insuficiente para una familia promedio. Es crucial implementar subsidios educativos, incentivos fiscales y programas de formación laboral para impulsar el crecimiento económico.
Los estudios indican que las empresas con mejores condiciones laborales tienen mejores resultados financieros a largo plazo. Sin embargo, para que el incremento salarial sea efectivo, debe estar respaldado por estrategias de productividad y reducción de cargas fiscales.
En conclusión, el aumento del salario mínimo en 2025 es un avance positivo, pero no suficiente. Un enfoque integral que contemple salud, pensiones y beneficios laborales es esencial para garantizar una mejora real en la calidad de vida de los trabajadores.
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