Ciudad de México, 30 Jun.- Amnistía Internacional reveló a través de una investigación especial, que en México, las mujeres que son detenidas sufren abusos sexuales habituales a manos de las fuerzas de seguridad, sometiéndolas a diversos tipos de tortura y maltrato, para obtener confesiones y elevar las cifras con el fin de hacer creer que están combatiendo a la delincuencia organizada.
El estudio que tomó como muestra a 100 mujeres que estuvieron o actualmente están recluidas en prisiones federales, señala que todas fueron víctimas de tortura, malos tratos o algún tipo de agresión psicológica y/o sexual, durante su arresto e interrogatorio a manos de policías municipales, estatales, federales, miembros del ejército o la marina.
De acuerdo con los relatos obtenidos por Amnistía Internacional, 72 de las mujeres confesaron haber sufrido abusos sexuales durante su arresto o en las horas posteriores, mientras que 33 fueron víctimas de violación.
Un total de 66 dijeron que habían denunciado los abusos ante un juez u otra autoridad, pero sólo en 22 casos se habían abierto investigaciones.
“Los casos de estas mujeres dibujan un cuadro absolutamente escandaloso que refleja el nivel de tortura que sufren las mujeres en México, incluso para lo que se acostumbra en la región. La violencia sexual usada como tortura parece haberse convertido en parte habitual de los interrogatorios”, dijo Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
La investigación también revela que son las mujeres procedentes de entornos marginados, las más vulnerables en lo que se conoce como «la guerra contra el narcotráfico en México», haciendo énfasis en que las autoridades general y normalmente se encuentran más preocupadas por crear la percepción de que «los malos» están siendo encarcelados, en lugar de encontrar a los verdaderos delincuentes.
De las mujeres que hablaron con Amnistía Internacional, la mayoría dijo que sufrieron tocamientos, manoseos y otros abusos sexuales, así como palizas y descargas eléctricas durante su arresto e interrogatorio.
«Prácticamente todas han sido acusadas de delincuencia organizada o de delitos relacionados con drogas. Muchas fueron presentadas ante los medios de comunicación como “criminales” inmediatamente después de haber sido obligadas a “confesar” los delitos. La mayoría procede de entornos de ingresos bajos y, por tanto, hay menos probabilidades de que pueda costearse una defensa efectiva», se puede leer en el informe.
En México no hay justicia
Según datos de las comisiones local y nacional de derechos humanos, sólo en 2013 se presentaron más de 12 mil denuncias de tortura y otros malos tratos ante estos organismos en todo el país, donde 8 mil 943 de las posibles víctimas eran hombres y 3 mil 618 eran mujeres.
Entre 2013 y 2014 se duplicaron las querellas por tortura presentadas ante la Procuraduría General de la República (PGR) en México, pero sólo se ha abierto un número limitado de investigaciones.
Los organismos encargados de hacer cumplir la ley, ministerios públicos y tribunales de México siguen sin investigar, enjuiciar y castigar la violación y otros actos graves de violencia sexual usados como forma de tortura por funcionarios públicos.
Las denuncias de tortura y otros malos tratos a menudo no se investigan, y es incluso más excepcional que los presuntos responsables comparezcan ante la justicia. De los miles de denuncias por tortura presentadas en el ámbito federal desde 1991, sólo 15 han tenido como resultado fallos condenatorios federales.
“No realizar investigaciones adecuadas ni llevar a los responsables ante la justicia transmite el peligroso mensaje de que violar a mujeres o utilizar otras formas de violencia sexual para obtener confesiones es admisible y está permitido en la práctica. Las autoridades mexicanas parecen decididas a mantener oculto este asunto”, dijo Erika Guevara-Rosas.
El informe completo de Amnistía Internacional, se encuentra disponible para descarga a través de la siguiente liga.