Los veterinarios coinciden en que nunca debemos olvidar que los perros son animales y como tales mantienen sus instintos naturales. Por lo tanto, se trata de mascotas que pueden reaccionar de manera agresiva o esquiva si hay algo que les molesta u odian en la convivencia con los humanos.
Estas son algunas de las cosas que no debes hacer
No mantener sus rutinas: los perros aman las rutinas, sus horarios de paseo y comida, el tiempo que duran sus actividades. Si no se cumplen estarán molestos y ansiosos.
Cambios de normas: sucede cuando dejamos que nuestra mascota duerma en nuestra cama pero luego se lo impedimos por mucho tiempo. El perro se acostumbra y aparece un apego. Si eso se modifica, tendrá una “ansiedad por separación”, según explica el experto Matías Wullich.
Ruidos fuertes: los perros tienen oídos muy sensibles por lo que los ruidos fuertes los hacen sufrir y no necesariamente tiene que ser el ruido de los fuegos artificiales.
Olvidar sus comidas: estas mascotas se acostumbran con facilidad al alimento, la misma cantidad y al mismo horario. Cualquier alteración de esto influirá en su estado de ánimo.
Las cosas que más odian los perros de los humanos https://t.co/CIVA6C6LS2
— Público (@publico_es) January 7, 2024
Dejarlos solos mucho tiempo: si nos ausentamos del hogar por varias horas o por el fin de semana, nos estarán extrañando porque adoran a sus amos, les gusta el contacto cariñoso y son muy amigables.
Tirar de sus bigotes o moverle el hocico: son actitudes que aunque parecen graciosas a ellos no les gusta. En ese momento entran en un estado de tensión y alerta que los puede hacer reaccionar de forma agresiva.
Mal humor: cuando tenemos un mal día o discutimos con alguien más, será detectado por nuestra mascota por lo que acumularán tensión y se sentirán mal.
Gestos sorpresivos: si los asustamos o aparecemos de golpe, lejos de sorprenderlos los pone tensos y ansiosos. A veces reaccionan agresivamente por instinto.
Vestirlos y bañarlos a diario: los perros odian que los bañen seguido porque su olfato es un poderoso sensor. Necesitan olerse y oler a los demás perros. Lo mismo sucede con la ropa, su naturaleza es otra.







