El tiempo: la convención por excelencia

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Ciudad de México, 31 de May.- Bien a bien y como punto de partida de este artículo, Qué es el tiempo. Para los fines de carácter didáctico que pretende este escrito, te diré, querido lector, que el tiempo es la duración de las cosas sujetas a movimiento. Así mismo, es la magnitud física que posibilita ordenar los sucesos en secuencias, estableciendo con esto, un pasado, un presente y un futuro.

El gran revolucionario físico judío-alemán, Albert Einstein, expreso en uno de sus ensayos “que el tiempo, simplemente es lo que reloj marca”.

Existen diferentes aspectos que son psicológicos y fisiológicos debido a los cuales, el tiempo pareciera deslizarse con más lentitud si estamos enfermos, tristes o aburridos o tan solo haciendo algo que no nos agrada. Pero más allá de esta percepción, el tiempo, siempre, siempre transcurre al mismo ritmo.

Ahora bien, por qué dividimos el día en 24 horas, antiguas civilizaciones decidieron que la división del día debería ser adaptada a la tan usual, en ese entonces, numeración decimal, sin embargo, al dividir en partes más pequeñas, solo se podía dividir con el 2 y el 5; Pero al escoger el número 12 se percataron que éste era divisible por el 2,3,4 y 6, así pues, el día se definió en 12 partes y la noche en igual número de partes, teniendo así un día de 24 horas.

En este afán incesante de definir, aplicar y conocer el tiempo, diversas culturas antiguas crearon  relojes de agua o también llamados (clepsidras). Tal es el caso de los egipcios, también están los célebres relojes de arena, los cuales, al igual que los clepsidras, posibilitan que la gravedad haga fluir una cantidad específica de un elemento para determinar lapsos de tiempo.

El célebre Galileo Galilei, maravillosa y fecunda mente, ideó en el siglo XVI su ley del péndulo.

Ya en pleno siglo XIV existen testimonios de la fabricación de relojes monumentales de ruedas dentadas, toda esta inquietud insaciable derivo en relojes de pared y de pulsera, éste último fue fundamental durante la primera guerra mundial para cronometrar ataques.

En 1929 el relojero norteamericano Warren Albin Marrisson, invento el reloj de cuarzo. No fue sino hasta 1967 año en el cual se creó, como una muestra sorprendente de la inteligencia humana, el reloj atómico, la precisión  de este reloj atómico en tan alta, que admite solo un error de un segundo cada 30,000 años.

Aprecia los relojes en pared que tengas en casa y aquellos que uses en tu mano, representan una cúspide singular de la ciencia y la tecnología.

 

 

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