Huachicol fiscal, el negocio ilícito que corrompió a instituciones mexicanas

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Huachicol fiscal, el negocio ilícito que corrompió a instituciones mexicanas
Huachicol fiscal, el negocio ilícito que corrompió a instituciones mexicanas

El huachicol fiscal dejó al descubierto el funcionamiento y la dimensión internacional de un delito en el que participaron empresarios, marinos y exfuncionarios.

Este esquema se consolidó como uno de los negocios ilícitos más rentables y sofisticados de la región para los grupos criminales, golpeados por la lucha de diversos gobiernos contra el narcotráfico.

En sus orígenes, el robo de combustible en México se manifestó como una actividad casi artesanal. Según InSight Crime, en la década de 1990 emergieron grupos locales conocidos como huachicoleros, que perforaban ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) en regiones rurales, utilizando válvulas y bidones.

El combustible sustraído se vendía entre familias y pequeños comerciantes, muchas veces a precios simbólicos, lo que generó una percepción social ambivalente: aunque ilegal, el delito era visto por algunos como una respuesta a la marginación y al desempleo.

La operación huachicolera fue adquiriendo elementos culturales propios. InSight Crime expone que los primeros huachicoleros cultivaron una imagen cercana a la de Robin Hood, repartían utilidades, inspiraron corridos y hasta popularizaron la figura religiosa del “Niño Huachicoleo”, a quien se encomendaban para evitar accidentes y arrestos.

Tomas clandestinas

En sus primeras etapas, las condiciones precarias de las tomas clandestinas conllevaron accidentes y tragedias graves. Ejemplo de ello es la explosión en Tlahuelilpan en enero de 2019, tras una perforación masiva donde murieron al menos 137 personas.

Durante los años 2000, el atractivo económico del negocio despertó el interés de grandes organizaciones criminales, como Los Zetas y el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Los Zetas, en particular, desplazaron en Tamaulipas y otras zonas petroleras del norte a las bandas locales, profesionalizando el delito y estableciendo rutas, bodegas y mecanismos de distribución clandestinos a gran escala.

La operación ilícita evolucionó hacia una logística sofisticada y violenta, y, con el tiempo, se convirtió en un frente prioritario de financiamiento para el crimen organizado.

InSight Crime detalla que varios factores impulsaron esta transformación. Por un lado, la ofensiva federal contra el narcotráfico desde 2006 forzó a los cárteles a diversificar sus ingresos. Por otro, la reducción de subsidios y el alza de precios en estaciones de servicio incrementaron el margen de ganancia.

La disputa territorial, especialmente entre Los Zetas y el Cartel del Golfo, hizo de Tamaulipas el primer gran epicentro del huachicol, antes de que el fenómeno se expandiera hacia estados como Puebla, Guanajuato e Hidalgo.

 

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