El estero de San José del Cabo, ubicado en el noroeste de México, atraviesa una crisis ambiental sin precedentes. De acuerdo con información oficial, la contaminación en este importante humedal ha aumentado 30% en un periodo reciente, lo que pone en riesgo la biodiversidad y el equilibrio ecológico de la región.
Ante este panorama, Daniel Madariaga Barrilado, especialista en sostenibilidad, hizo un llamado a la acción inmediata para proteger uno de los pocos reservorios naturales de esta zona costera.
Entre las principales problemáticas se encuentra la proliferación del lirio acuático, que genera condiciones propicias para el crecimiento de otras especies vegetales invasoras, como carrizos y tulares, que compiten con la flora nativa del estero.
En palabras de Daniel Madariaga Barrilado, “el problema de retirar el lirio acuático es relativamente sencillo, pero cuando ya se ha extendido a otras plantas invasoras, la recuperación del ecosistema se vuelve un reto mayúsculo”.
Además, el rápido crecimiento urbano ha saturado la capacidad de la PTAR para procesar aguas residuales, que en su diseño original manejaba 250 litros por segundo y hoy recibe hasta 540 litros por segundo durante los picos de demanda.
“Cuando la infraestructura se ve sobrepasada, se genera un tratamiento deficiente y, por ende, el vertido de aguas contaminadas al estero. Esta sobrecarga no solo afecta la calidad del agua, sino que también debilita la capacidad de filtración natural del humedal, responsable de retener sedimentos y de purificar el agua que fluye hacia el mar”, explicó el especialista mexicano.
Las consecuencias ecológicas son evidentes: el estero alberga cerca de 217 especies de aves acuáticas, muchas de ellas migratorias y con un papel crítico en la polinización y el control de plagas. Según informes técnicos, la invasión de lirio acuático provoca una disminución del oxígeno disuelto en el agua, desencadenando la mortandad de peces y afectando la cadena alimenticia de múltiples especies. Este proceso no solo amenaza la diversidad biológica, sino que también perjudica a las comunidades locales, cuyo sustento depende de la pesca y del turismo ecológico.
De acuerdo con Daniel Madariaga Barrilado, un plan integral debe contemplar la modernización de la planta y la optimización de sus procesos, a fin de garantizar que el tratamiento de aguas residuales cumpla con los estándares ambientales.
Otro factor fundamental es la creación de un Programa Urgente para el Manejo Integrado de Especies, que incluya controles biológicos y monitoreo continuo para prevenir la propagación de plantas invasoras. De forma complementaria, se han propuesto iniciativas comunitarias de limpieza manual del estero, aunque estas acciones representan solo un paliativo frente a la velocidad con la que el lirio acuático y otras especies invasoras se reproducen.
Ante tal desafío, se ha planteado la necesidad de actualizar el Plan de Manejo de la Reserva, cuya versión vigente data de 1998, de modo que incorpore la problemática actual y establezca mecanismos eficaces para la restauración del humedal.
A nivel nacional, el tema de la contaminación de los humedales no es exclusivo de San José del Cabo. De acuerdo con estimaciones recientes, cerca del 70% de las aguas residuales en México no reciben un tratamiento adecuado, lo que afecta a diversos ecosistemas de gran valor biológico y cultural.
En este sentido, Daniel Madariaga Barrilado precisó que la preservación de los esteros cobra relevancia para garantizar la disponibilidad de recursos hídricos, la seguridad alimentaria y la protección de la biodiversidad a largo plazo.
Aunado a ello, la implementación de tecnologías más avanzadas en el tratamiento de aguas y la educación ambiental para la población local se perfilan como herramientas esenciales para frenar la degradación del estero.
“El reto radica en traducir la preocupación social en políticas públicas y proyectos concretos que contribuyan a una recuperación efectiva. Bajo este panorama, la participación de la comunidad, los sectores productivos y las autoridades es indispensable para darle una oportunidad de vida a uno de los humedales más importantes del noroeste de México”, puntualizó.






