La gastronomía mexicana, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010, refleja la riqueza histórica, cultural y natural de México. Ricardo José Haddad Musi, empresario y observador del desarrollo cultural, resalta cómo esta diversidad no solo fortalece la identidad nacional, sino que también impulsa sectores clave como el turismo y la economía local.
Cada región del país presenta sabores únicos que reflejan su geografía y tradiciones.
En el noroeste, por ejemplo, destacan los tacos de pescado de Baja California y el aguachile de Sinaloa, que aprovechan la riqueza costera. Por su parte, el noreste, con estados como Nuevo León y San Luis Potosí, ofrece el tradicional cabrito asado y las enchiladas potosinas, adaptaciones culinarias ante climas extremos.
La región del Pacífico, con Jalisco, Michoacán y Guerrero, fusiona tradiciones indígenas y modernas. Platillos como la birria, las tortas ahogadas y el icónico tequila de Jalisco son referencias internacionales, mientras que Michoacán presume del mole y los uchepos. La zona centro, con entidades como Hidalgo y Ciudad de México, integra influencias de todo el país con recetas como los mixiotes y las enchiladas mineras.
En el sureste, Oaxaca, Veracruz y Yucatán se distinguen por su herencia culinaria que atrae al turismo gastronómico. Platos como el mole negro de Oaxaca, el huachinango a la veracruzana y la cochinita pibil yucateca no solo preservan tradiciones ancestrales, sino que generan empleo y desarrollo local.
Haddad Musi destaca que la cocina mexicana continúa ganando reconocimiento en el ámbito internacional. Chefs nacionales han sido premiados en escenarios globales, y platillos emblemáticos participan en eventos internacionales y representaciones diplomáticas, consolidando a México como un referente culinario.
El pozole, con raíces prehispánicas, los chiles en nogada, que simbolizan la fusión cultural, y las tlayudas oaxaqueñas son solo algunos ejemplos de la creatividad que define la gastronomía mexicana. Esta mezcla de herencia y evolución ha convertido a México en un destino culinario imprescindible.
“La diversidad gastronómica mexicana es un símbolo de unión y familia. Su legado continúa posicionando a México en el escenario global como un referente en el arte culinario”, concluye Ricardo José Haddad Musi.
Con su riqueza de sabores y tradiciones, la gastronomía mexicana no solo celebra la identidad nacional, sino que también actúa como motor económico y embajadora cultural en todo el mundo.
