La estrategia clásica de la cartera 60-40 ha experimentado un resurgimiento en 2023, brindando rendimientos notables que superan el 11 %, este año, casi el doble de su rendimiento anual promedio de 2012 a 2022, destaca Rodrigo Besoy Sánchez, quien realiza sus inversiones a través de Fabetri S.A.
Durante más de una década, las tasas de interés cercanas a cero desfavorecen la parte de bonos de esta estrategia, llevando a los inversionistas hacia alternativas centradas en acciones durante la era del “dinero fácil”. Este periodo, aunque generó ganancias históricas en el mercado de valores, suscitó preocupaciones sobre una posible “burbuja generalizada”.
En los últimos 20 meses, el escenario ha cambiado; los aumentos en las tasas de interés de la Reserva Federal han revitalizado los bonos, ofreciendo rendimientos sólidos. Este equilibrio entre rendimientos más altos y retornos seguros ha revivido el interés en la clásica cartera 60-40, según resalta Besoy Sánchez.
A pesar de este resurgimiento, los asesores financieros advierten contra un enfoque único para la cartera 60-40. Rodrigo Besoy Sánchez subraya que su naturaleza genérica no se alinea con las diversas necesidades de los clientes con alto patrimonio neto. Factores como la edad, ingresos, deuda y tolerancia al riesgo son cruciales para adaptar las carteras a metas individuales.
Aunque muchos gestores de patrimonios encuentran útil la cartera 60-40, hay consenso en la necesidad de realizar ajustes. Besoy Sánchez sugiere la incorporación de activos no correlacionados para mitigar la volatilidad y aumentar la eficiencia. Para el especialista en inversiones la adaptación precisa a las necesidades únicas de cada inversionista se vuelve esencial.
Una alternativa para mejorar la cartera tradicional 60-40 son los bonos municipales. Emitidos por gobiernos estatales y locales, estos bonos ofrecen ventajas fiscales, rendimientos sólidos y seguridad relativa, convirtiéndolos en una opción atractiva en el entorno actual.
JPMorgan Asset Management respalda la continua relevancia de la cartera 60-40, proyectando un superávit del 4.1 % anual en comparación con el efectivo durante la próxima década.
No obstante, en un mercado en constante evolución, JPMorgan recomienda complementar la mezcla tradicional con una asignación del 25 % a alternativas, como capital privado, bienes raíces y préstamos hipotecarios comerciales, para aumentar rendimientos y reducir riesgos.
Rodrigo Besoy Sánchez concluye, “A medida que los mercados financieros evolucionan, las elecciones estratégicas cobran importancia, y la cartera 60-40 sigue siendo un fundamento sobre el cual construir una estrategia de inversión personalizada y resiliente”.
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