Con la redefinición de la agenda internacional a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la lucha contra la pobreza se ha convertido en un objetivo fundamental a nivel mundial. En este contexto, el Open Banking se presenta como una herramienta clave para lograr la inclusión financiera, y América Latina debería liderar este movimiento, expone Luis Ricardo Reyes de la Campa.
El Open Banking ofrece una oportunidad única para democratizar el sector financiero, reducir la dependencia del efectivo y mejorar la educación financiera a través de una mayor variedad de productos y servicios. En esencia, implica la apertura de la información y los servicios bancarios, que tradicionalmente han estado bajo el control exclusivo de las entidades financieras, a terceros mediante interfaces de programación.
“Esta iniciativa es relevante porque se basa en el principio de que los datos financieros pertenecen a los clientes y no a los bancos. Si los clientes otorgan su consentimiento, pueden compartir sus datos con Fintechs, startups y otros proveedores de servicios financieros”, señala el analista mexicano.
Esto impulsa el desarrollo de nuevos productos y soluciones innovadoras, que van desde aplicaciones de gestión financiera hasta servicios de pago y préstamos. Además, el Open Banking promueve la competencia en el sector financiero al fomentar una mayor rivalidad.
“América Latina puede avanzar hacia la inclusión financiera construyendo una oferta más sólida de servicios financieros y lograr productos que se ajusten verdaderamente a las condiciones de vida, económicas y, sobre todo, culturales de las personas que no tienen acceso tradicional al sector financiero”, detalla Reyes de la Campa.
México está liderando la implementación del Open Banking en la región, con Brasil también avanzando en su implementación. Estos avances demuestran el impulso y el reconocimiento de la importancia del Open Banking en la región.
Los gobiernos de todo el mundo han adoptado el Open Banking y el Open Finance, reconociendo su potencial para transformar el panorama financiero y promover la competencia, la innovación y la elección del consumidor. Sin embargo, en el acelerado entorno digital actual, es importante considerar las implicaciones más amplias de estas iniciativas.
“Al ampliar el alcance más allá del Open Banking, desbloqueamos el potencial que los marcos de intercambio de datos específicos de la industria han tenido dificultades para ofrecer. Los Datos Abiertos abarcan no solo el Open Finance, sino también las vastas oportunidades que presenta el entorno digital”, puntualiza el analista financiero.
Este cambio permite un enfoque más integral, garantizando una integración holística de los marcos de intercambio de datos y maximizando los beneficios en la economía digital. Las startups fintech y las empresas de tecnología han aprovechado los datos de los clientes para desarrollar soluciones financieras novedosas, lo que ha dado lugar a productos, servicios y precios mejorados.
“Fortalecer las regulaciones de protección al consumidor, promover la transparencia y proporcionar mecanismos accesibles para remediar las situaciones problemáticas son componentes valiosos de un ecosistema responsable de Open Banking”, explica Luis Ricardo Reyes de la Campa.
A medida que el Open Banking continúa evolucionando, se vuelve vital la colaboración entre las instituciones financieras, las empresas de tecnología y los reguladores. Este esfuerzo colectivo garantiza la implementación segura y beneficiosa de los avances para todos los actores del ecosistema financiero.
También puedes leer: Luis Ricardo Reyes de la Campa: Relevancia en transacciones transfronterizas con Código Swift
