El panorama del sector de préstamos personales está experimentando una transformación, con más de 50 bancos comunitarios y cooperativas de crédito adoptando soluciones de tecnología financiera (Fintech). Ante los desafíos vinculados a los préstamos personales no garantizados, estas instituciones buscan eficiencia y modernización, según señala Luis Ricardo Reyes de la Campa.
Una historia destacada proviene del Princeville State Bank en Illinois, que, a través del ThinkTECH Accelerator, iniciativa de la Independent Community Bankers Association, se asoció con Quilo, una empresa Fintech especializada en soluciones digitales adaptadas para préstamos no garantizados.
Antes de la integración de la plataforma de aplicación digital, Princeville State Bank, con activos por $109 millones, enfrentaba un engorroso proceso de solicitud de préstamo de 90 minutos para montos de $500 en préstamos personales.
“Esta asociación no solo ha agilizado el procesamiento de préstamos para clientes de banca minorista, sino que también ha abierto oportunidades de colaboración con pequeñas empresas que ofrecen financiamiento en el punto de venta”, resalta el analista financiero Reyes de la Campa.
Quilo, junto con otros actores similares de Fintech, desempeña un papel crucial en facilitar el regreso de los bancos comunitarios a los préstamos pequeños no garantizados.
La naturaleza intensiva en mano de obra del procesamiento de solicitudes de préstamos había llevado previamente a muchos bancos a abandonar este sector. Sin embargo, la eficiencia proporcionada por las soluciones Fintech no solo hace que los préstamos no garantizados sean más factibles, sino que también mejora la retención de clientes.
Según el analista financiero Luis Ricardo Reyes de la Campa, el éxito en este dominio depende de la escala y presencia en el mercado de los bancos comunitarios individuales. Además, destaca diversas formas en que los bancos pueden participar en la concesión de préstamos personales, como financiar a prestamistas existentes o aprovechar soluciones de etiqueta blanca de proveedores externos.
No obstante, Reyes de la Campa advierte sobre los desafíos que los bancos comunitarios podrían enfrentar al establecer una red de distribución sólida, una hazaña a menudo lograda por actores nacionales más grandes con inversiones sustanciales.
Luis Ricardo señala que el proceso de solicitud y aprobación de préstamos generalmente lleva unos tres minutos para un cliente bancario y aproximadamente ocho minutos para un no cliente.
Abordando las preocupaciones sobre los límites de préstamos, Quilo introdujo una opción de sindicación en su plataforma, permitiendo a los bancos compartir el riesgo financiero asociado con préstamos no garantizados.
Esta función de sindicación representa un avance significativo, permitiendo a los bancos comunitarios ofrecer préstamos no garantizados de hasta $60,000 sin aumentar indebidamente el riesgo financiero. Quilo, responsable de todos los servicios de préstamos, cobra una tarifa de origen única basada en el tamaño del préstamo, generalmente inferior al 1 %, con los bancos absorbiendo típicamente esta tarifa.
“Los esfuerzos colaborativos entre los bancos comunitarios y Fintechs están dando forma al panorama de los préstamos personales. Estas asociaciones no solo ofrecen soluciones eficientes, sino que también capacitan a los bancos comunitarios para competir efectivamente en la industria de servicios financieros en constante evolución”, finaliza Luis Ricardo Reyes de la Campa.
También puedes leer: Luis Ricardo Reyes de la Campa: La apreciación del peso ha impactado negativamente en el poder adquisitivo de remesas