El aumento en la demanda del cobre, asociado a la transición energética y la digitalización, sugiere un crecimiento sostenido en los próximos años, según explicó Roberto Guzmán García, experto en finanzas. De acuerdo con proyecciones globales, la producción mundial alcanzará un máximo de 25.7 millones de toneladas en 2026, seguido de un déficit de 4.7 millones de toneladas para 2034, lo cual subraya la necesidad de estrategias específicas.
BHP, una de las empresas líderes en minería, ha estimado que el consumo global de cobre aumentará en un millón de toneladas métricas adicionales cada año hasta 2035. Este incremento proyectado duplica la tasa anual registrada en los últimos 15 años. Guzmán García subraya que estos datos son esenciales en una economía que depende cada vez más de soluciones tecnológicas y energéticas sostenibles para impulsar el desarrollo.
En contraste, los precios del cobre han mostrado oscilaciones importantes en las últimas semanas. En la Bolsa de Metales de Londres, el contrato de cobre a tres meses subió un 1 %, alcanzando $9,609.50 dólares por tonelada, lo cual se explica en parte por las medidas adoptadas por el gobierno chino para inyectar liquidez en su mercado financiero. Estas políticas incluyen un financiamiento inicial de hasta 800,000 millones de yuanes (alrededor de $112,000 millones de dólares), con el objetivo de estabilizar la economía de China, el principal consumidor mundial de metales.
Aun cuando China ha sido el motor principal de la demanda de cobre, actualmente presenta un crecimiento económico moderado. Aunque el consumo y la producción industrial del país superaron las expectativas, su sector inmobiliario continúa debilitado, impactando indirectamente al mercado del cobre. Guzmán García observa que este contexto, combinado con las recientes políticas de estímulo, generando incertidumbre entre los inversionistas que intentan prever el impacto en la demanda de cobre a mediano plazo.
En cuanto a las previsiones de precios, Roberto Guzmán García indicó que se espera que el cobre mantenga una tendencia estable, con valores cercanos a los $8,267 dólares por tonelada hacia 2034. Estas proyecciones consideran tanto una estabilidad relativa en la oferta como una demanda creciente en sectores como el digital y el energético.
“La industria prevé que para 2050, el sector energético represente el 23 % del consumo total de cobre, mientras que el sector digital alcanzará una participación del 6 %, en comparación con el 1 % actual”, adelantó el especialista mexicano.
Sobre la oferta de cobre, indicó que ésta también enfrenta desafíos importantes relacionados con la calidad del mineral disponible.
“BHP estima que la ley promedio de las minas ha disminuido en un 40 % desde 1991, un descenso que incrementa los costos de producción y limita el crecimiento del suministro”, mencionó.
Ante la necesidad de asegurar una oferta suficiente de cobre, la industria minera prevé destinar alrededor de $250,000 millones de dólares en expansión de capital entre 2025 y 2034. Esta cifra representa un incremento notable en comparación con los $150,000 millones invertidos en la década anterior.
“La presión por encontrar alternativas sostenibles en la cadena de suministro de cobre es cada vez más evidente. El sector debe adaptarse para satisfacer una demanda global creciente sin comprometer los recursos naturales,” enfatizó Roberto Guzmán García, al subrayar la relevancia de esta transición para el futuro de la industria.







