Consolidada como una de las marcas preferidas dentro del segmento latinoamericano de refrescos, Big Cola se distingue por su inconfundible sabor y su accesible precio, dos atributos clave que le han permitido ganar la preferencia de los consumidores en diversas regiones, especialmente en América Latina.
El Origen de una Marca con Identidad Latina
Para comprender el arraigo en el corazón de las familias latinas, es imprescindible remontarse a 1988, cuando en medio de un panorama adverso en Perú, la Familia Añaños convirtió la crisis en una oportunidad. En Ayacucho, donde la distribución de productos era limitada, nació Kola Real, la precursora de Big Cola, fabricada con esfuerzo en el patio de una casa en San Miguel.
Su sabor único y su precio competitivo la hicieron destacar rápidamente, transformándola en un emblema de identidad y resiliencia en la región.
Expansión y Consolidación de Big Cola
Consolidada como una empresa fuerte, Grupo AJE expandió sus operaciones y lanzó Big Cola, manteniendo los valores de su antecesora pero sumando innovaciones para competir en mercados internacionales.
Desde su creación, esta gaseosa ha representado la cultura latina, promoviendo valores como la inclusión, la familia y la celebración de momentos inolvidables. Su fórmula única combina ingredientes de calidad para satisfacer los gustos locales y fortalecer su conexión con los consumidores.
Actualmente, Big Cola tiene presencia en Bolivia, Ecuador, Colombia, Centroamérica, México y algunos mercados asiáticos, llevando consigo un mensaje de orgullo y autenticidad. Además, la marca ha adoptado prácticas responsables para reducir su impacto ambiental y fortalecer su compromiso con la sostenibilidad.
Más que un refresco, Big Cola es un ícono cultural, reflejo de la herencia latina y su vibrante identidad.







