En México, las empresas familiares son el motor económico del país: representan el 83 % del total de negocios y generan cerca del 67 % del empleo formal. Sin embargo, su permanencia en el tiempo sigue siendo el gran desafío. Solo una de cada seis llega a la tercera generación, y apenas el 13 % alcanza ese hito. La urgencia de profesionalizar su operación, institucionalizar su liderazgo y asegurar su continuidad es clara.
Aunque su impacto económico es innegable, menos del 30 % de las empresas familiares cuenta con protocolos formales de sucesión. Apenas el 73 % tiene por escrito un plan de traspaso para la dirección general. La falta de preparación frente al relevo generacional se ha convertido en un “punto ciego” que compromete decisiones estratégicas y pone en riesgo la estabilidad futura.
En este contexto, destaca la visión de Alfredo Gadsden, CEO de ESCATO, quien ha impulsado un modelo de transformación basado en innovación con propósito y estructuras de gobernanza sólidas. Su enfoque no solo busca preservar el legado familiar, sino adaptarlo a los nuevos retos de sostenibilidad, competitividad y longevidad empresarial.
“Una empresa familiar que no se adapta, se vuelve vulnerable. La innovación no es solo un medio para crecer, es la base para permanecer sin perder identidad”, afirma.
De acuerdo con PwC México, las empresas familiares que adoptan tecnología y criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) incrementan hasta en un 25 % su expectativa de vida. En mercados como España, las empresas familiares tienen una edad promedio de 33 años, frente a 25 en las no familiares, lo que representa un 32 % más de longevidad.
Para Gadsden, integrar estos pilares ya no es una opción, sino una condición necesaria para seguir siendo relevantes.
El 43 % de las empresas con un Family Office tiene estrategia de sostenibilidad, frente al 37 % que no lo tiene. No obstante, solo el 65 % cuenta con estructuras de gobierno formalizadas, y apenas el 19 % dispone de mecanismos eficaces para gestionar conflictos internos.
Desde ESCATO, Alfredo Gadsden ha implementado metodologías de escalamiento basadas en liderazgo compartido, digitalización de procesos y diversificación de mercados. El objetivo no es solo crecer, sino hacerlo con rumbo y resiliencia.
“Cuando una empresa familiar adopta una cultura de innovación, se abre la puerta a nuevas generaciones, nuevos modelos de negocio y nuevas formas de liderazgo”, señala.
La profesionalización y la innovación estratégica permiten a estas organizaciones no solo resistir el cambio, sino liderarlo. La apuesta no es por mantener el legado intacto, sino por transformarlo con visión de futuro.






