Nathalia R. Santamaría, quien encabeza el Santuario Victoria, dedicado a dar refugio a gatos en condición de abandono y maltrato.
“Somos una comunidad de protectoras. Puras mujeres protectoras que aman a los gatitos”, comparte sobre el santuario donde actualmente residen 52 gatos rescatados.
Lugar de paz
Santuario Victoria se ubica en Lomas de San Mateo, Naucalpan de Juárez, Estado de México, en medio de una zona residencial donde es común ver a gatos y perros deambular.
“El santuario se llama Victoria por mi primer gatita, que tuvo leucemia. Con ella aprendí todo lo que no se tiene que hacer con un gatito. No la esterilicé y tuvo gatitos, le dio leucemia… en fin todo mal”, confiesa quien ahora puede cuidar decenas de gatos sin perder los nervios y con los años ha conseguido establecer una red de hogares temporales, veterinarios y voluntarias que ayudan a salvar vidas felinas.
“Aquí los tenemos bajo resguardo el tiempo que sea necesario. Hay unos que tienen un año y que no se han ido en adopción, otros se van de un día para otro. Algunos nos los regresan. Es parte del trabajo que hacemos y queremos que los gatos sepan que una vez que pisan aquí, siempre será su casa”.
El santuario solía ser la casa de los padres de Nathalia hasta que fallecieron. Debido a la enfermedad de su padre, el inmueble ya contaba con diversas modificaciones que permitieron adaptar el hogar familiar a uno dedicado a la gran manada gatuna y humana.
Además, los donativos en especie de diferentes personas han hecho que los felinos cuenten con múltiples áreas llenas de juegos, así como áreas para que puedan estimularse y desarrollarse, al igual que un balcón donde pueden estar al aire libre sin riesgo a escaparse o ser atacados.
Condiciones de adopción
Entre las condiciones del santuario para dar en adopción a un gato está darle seguimiento de por vida, enviando fotos y videos para que puedan ver que efectivamente el felino se encuentra bien.
No obstante, cuando pidieron imágenes a la adoptante de “Guantes”, esta no las envió o incluso llegó a mandar de otros gatos negros que no eran el gato que había adoptado.







