El secretario general del Sindicato Nacional Alimenticio y del Comercio (SNAC), Alejandro Martínez Araiza, ha propuesto un replanteamiento profundo del sindicalismo frente a los retos que plantea la Inteligencia Artificial (IA) en América del Norte.
Desde su iniciativa “Re-evolución Laboral”, el dirigente sostiene que la tecnología debe integrarse al entorno laboral sin comprometer los derechos ni la estabilidad del trabajador.
Para el dirigente sindical, la acelerada automatización exige nuevas reglas en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), especialmente en el capítulo relativo a la protección laboral frente a la innovación tecnológica.
Su propuesta busca asegurar que la IA opere a favor del trabajador, fomentando la capacitación digital, la equidad y la participación sindical en los procesos de adopción tecnológica.
El líder del SNAC, conocido por impulsar el concepto de Sindicalismo 4.0, plantea que la modernización de los sindicatos es impostergable.
En su visión, la IA no representa una amenaza, sino una oportunidad para potenciar las capacidades humanas y fortalecer la comunicación y organización sindical mediante herramientas digitales.
Propuesta de Alejandro Martínez Araiza
Entre las propuestas presentadas por Alejandro Martínez Araiza destacan:
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El derecho a la estabilidad laboral ante la automatización.
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La reconversión profesional de trabajadores desplazados por la tecnología.
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La creación de comités mixtos sectoriales para la supervisión de la adopción tecnológica.
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Un fondo de justicia laboral financiado mediante un impuesto tecnológico.
Con la mira fija en el T-MEC
Asimismo, el SNAC impulsa la creación de una Autoridad Nacional de Ética Tecnológica y un Observatorio Trilateral de IA y Trabajo, ambos alineados con los principios del T-MEC.
Estas instituciones, explicó Martínez Araiza, permitirían garantizar una implementación ética y justa de la IA en el ámbito laboral.
Coincidiendo con lineamientos de organismos internacionales como la OIT y la OCDE, el dirigente subraya que el uso ético de la tecnología puede convertirse en un aliado para el desarrollo sostenible y la protección social.
“La tecnología debe estar al servicio del trabajador, no el trabajador al servicio de la tecnología”, reiteró Alejandro Martínez Araiza, al destacar que el futuro del sindicalismo dependerá de su capacidad para integrar la innovación sin perder su esencia humana.
