Los alumnos Daniel Antonio Morales Hernández y Ángel Eduardo Cabrera Hernández, cursan el sexto semestre de la carrera técnica en Química Industrial del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica Conalep Tampico.
“Desde el segundo semestre tenemos una materia que se llama Emprendimiento y ahí se presenta como proyecto final en ese mismo semestre”, cuenta Daniel a El Sol de México.
Habló sobre el momento y el lugar en donde nacería la idea de crear un block ecológico de construcción. La idea era que disminuyera los impactos negativos de los fenómenos naturales.
Y, de paso, que fuera resistente contra los impactos de balas perdidas. Éstas se producen principalmente por los enfrentamientos entre grupos criminales.
Ángel encontró en esa materia el interés por ayudar a su escuela. Le preocupaban los daños que generaban los residuos de papel. Es el principal material orgánico que utilizan para crear estos ladrillos ecológicos. Por lo que decidió aprovechar esos desechos.
¿Cómo desarrollaron el ladrillo ecológico antibalas?
“Es una innovación que se nos ocurrió junto con la maestra de emprendimiento, Rocío Pimienta. Porque llegó un momento en que vimos la gravedad del asunto, además de la contaminación del papel”, cuenta Ángel.
La Universidad de Guadalajara comparte en un artículo los impactos negativos que trae el humo generado por las ladrilleras en la producción de bloques para construcción.
La catedrática en Salud Ambiental del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de dicha Institución, Ruth de Celis Carrillo, expone que en su elaboración son liberados monóxidos de carbono, dióxidos, hidrocarburos y partículas de origen orgánico.
Tiene efectos que podrían ser cancerígenos. Eso afecta principalmente a quienes viven en las zonas más cercanas.







