Lamentable. La preservación de la tortuga marina en México está a paso lento.
Al menos es lo que señala Carlos Villalobos, quien actualmente trabaja para el hotel Pueblo Bonito y es representante del Programa de Protección a la Tortuga Marina de San José del Cabo.
“Desde que tengo uso de razón, conozco a la tortuga marina; existe un vínculo muy especial entre ella y yo”, dice.
“Yo soy de Oaxaca. Recuerdo que mi papá tenía un rancho allá y en ese entonces no estaba prohibido el consumo de huevo de tortuga. Un día se levantó a la seis de la mañana, y fue por el nido, cuando lo trajo a casa, le dijo a mi mamá cómo debía prepararlos», refiere.
“No conocía a las tortugas, pero un día como a las 11 de la mañana, de pronto todos comenzaron a gritar en la casa que una tortuga acababa de salir del mar, y en ese instante todo cambió para mí, pues comenzó a surgir un vínculo muy especial con ellas que tiene que ver con el respeto a su vida y su conservación», cuenta Villalobos.
Misión
La misión de Carlos radica en ser un guardián día y noche de las playas de Los Cabos, donde habita actualmente. Su responsabilidad ha sido adquirida a lo largo del tiempo, gracias a su pasión por la investigación sobre la vida e historia de las tortugas que lo ha llevado a recorrer varios países, donde a través de cursos y capacitaciones constantes logra cumplir con su importante encomienda.
Costa Rica, un ejemplo
“Costa Rica es un país representativo a nivel mundial en cuanto al cuidado y protección de las tortugas. La verdad es que cuando uno habla de ese país tan pequeñito, no nos imaginamos que tiene el programa más estructurado de conservación; tiene los mejores programas con mucho potencial, yo estuve ahí en 2008, como parte del Programa Tortuga Verde.







