Ciudad de México, 4 Jul.- Antes de su industrialización, se sabe que el cemento fue utilizado por los griegos para realizar diversas actividades, o al menos, una versión muy similar a la sustancia que hoy conocemos.
Desde que comenzó la utilización de este conglomerado, han sido pocas las modificaciones e innovaciones que se han realizado a esta sustancia, compuesta principalmente a partir de la mezcla de óxido de calcio, óxido de silicio, óxido de aluminio, óxido de hierro y óxido de magnesio.
Sin embargo, luego de pruebas que comenzaron a partir del año 2008, el investigador mexicano José Carlos Rubio Ávalos de la Universidad Michoacana de San Nicolas Hidalgo, encontró una forma para darle una propiedad extra a esta mezcla: la fosforescencia.
Rubio Ávalos ha contado en entrevista que la idea surgió luego de que trabajara para una empresa nacional, especializada en la fabricación de señalamiento vial. Desde entonces, tenía interés en el tema de las fosforescencia, que es la propiedad que algunas sustancias tienen para reflejar luz luego de exponerse a fuentes luminosas.
El investigador mexicano explica que “Me pareció que no había un cemento de este tipo en ningún lugar del mundo y por ello me enfoqué en trabajar en la modificación de su microestructura. Lo complicado fue que debido a que es un material opaco, no permite el paso de luz. Por eso la industria lumínica ha lanzado estos materiales luminiscentes en puros plásticos”.
“Si lo encontramos disperso en todo el mundo, si lo vemos en una infinidad de edificios, caminos, viviendas y puentes, entonces el cemento seguramente está expuesto a radiaciones solares”.
¿Cómo fue el descubrimiento?
Rubio Ávalos explica que tras estudiar la composición del cemento Portland, que es el más utilizado en el mundo, modificó la estructura microscópica con el fin de que pudiera absorber los rayos UV, más no para hacerlo transparente o traslúcido.
El experto mexicano modificó las propiedades ópticas de este material, y el resultado fue exitoso al crear el nuevo cemento fosforescente.
Este cemento que aun no ha sido patentado, tendría una periodo de vida aproximado de 100 años, sería capaz de absorber energía solar y artificial, y emitiría luz por periodos de entre 8 y 12 horas, con un tiempo de carga similar.
Utilidad y costo
Con la idea de comercializarlo antes de que finalicé el 2016, Rubio señala que en comparación con el costo del cemento tradicional, este nuevo invento estaría valuado entre los 700 o 750 pesos por metro cuadrado, por lo que explica que su uso sería específicamente como capa de recubrimiento para edificios, carreteras, fachadas, señalización, albercas o cualquier espacio que desee ser iluminado.
El invento de José Carlos Rubio Ávalos, ha sido reconocido por la Academia Real de Ingeniería de Londres en el Reino Unido con el premio Fondo Newton, que es otorgado a casos de éxito de transferencia tecnológica y emprendimiento a nivel mundial, también tendría otra ventaja gracias a su alto nivel de reciclaje, por lo que sería además una opción mucho más ecológica para el planeta.
Imágenes e información vía Verne/ BBC/ Web