‘Las Muertas’, nueva serie de Netflix inspirada en Las Poquianchis

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‘Las Muertas’, nueva serie de Netflix inspirada en Las Poquianchis

Las Muertas, de Jorge Ibargüengoitia, es una obra inspirada en el caso de Las Poquianchis; ahora es la nueva serie de Netflix.

Al igual que la novela, la adaptación de Netflix retoma con ironía acontecimientos de la vida real y los reinterpreta a través de personajes ficticios. En esta versión, por ejemplo, Las Poquianchis aparecen como las hermanas Baladro y se reducen a dos, cuando en realidad eran cuatro.

En 1964, la revista de nota roja Alarma! denunció en su portada la corrupción de las autoridades en el caso de las hermanas González Valenzuela, conocidas como Las Poquianchis.

Durante décadas, encabezaron una red de prostitución que brutalizó a casi un centenar de mujeres y dejó al descubierto la complicidad del Estado. El crimen conmocionó a la nación e inspiró adaptaciones en el cine, el teatro y la literatura.

Así operaba su red

Para reclutar a sus víctimas, que por lo general tenían entre 14 y 15 años, Las Poquianchis y sus cómplices visitaban pueblos marginados de la zona del Bajío y se acercaban a las jóvenes o a sus familias para convencerlas de que podrían conseguirles trabajo como empleadas domésticas o meseras. Al llegar, las sometían con violencia verbal, física y sexual, con la intención de quebrar su voluntad de huir y “prepararlas” para la vida que les esperaba. Para mantenerlas bajo control, utilizaban como chantaje la vivienda, la ropa y la comida que les proporcionaban, lo que generaba una deuda prácticamente imposible de saldar.

En los burdeles de Las Poquianchis, también se practicaron abortos clandestinos y si el embarazo de una de las víctimas llegaba a término, se deshacían de los bebés. Las propiedades de las González Valenzuela también se volvieron cementerios improvisados, según El País.

En los reportes de la prensa de la época se aseguraba que se encontraron cadáveres con signos de violencia tanto de mujeres como de niños. Estas atrocidades se extendieron hasta 1964, cuando la policía comenzó a cercar sus negocios tras recibir un llamado de preocupación por parte de las familias de algunas de las jóvenes secuestradas.

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