Dentro del complejo esqueleto que componen los indicadores económicos, surge la paradoja de la ‘Gran Desconexión Económica’. A pesar de los informes que destacan un sólido crecimiento y un mercado laboral robusto, la confianza del consumidor muestra un declive notable, un desafío que requiere atención, explica el análisis del experto financiero Javier Reyes de la Campa.
Esta contradicción se intensifica al examinar las cifras ascendentes del Producto Interno Bruto (PIB), las tasas de interés en alza y las presiones inflacionarias, al tiempo que se registra un incremento en los incumplimientos de préstamos. La solución propuesta implica una recalibración del consumo para armonizar ingresos y gastos, buscando un equilibrio económico más sostenible.
Durante la pandemia, los estímulos gubernamentales y un aumento del 40 % en la oferta monetaria alimentaron la inflación. Sin embargo, el gasto persiste, especialmente en bienes duraderos, generando una disonancia entre las políticas económicas y el comportamiento del consumidor. La disminución del exceso de efectivo ahora requiere un enfoque matizado para restablecer el equilibrio.
Simultáneamente, las carencias estructurales de mano de obra dejaron cerca de 9 millones de empleos sin cubrir. Aunque el mercado laboral se ha recuperado, el crecimiento de los ingresos no ha logrado equipararse al aumento en los precios, generando un desequilibrio similar a la Crisis Financiera Global. Reyes de la Campa subraya la imperatividad de abordar este desajuste y realinear el consumo con los ingresos.
La propuesta para 2024 implica un enfoque cauteloso que evite la recesión, pero reconfigurar el consumo de manera prudente. Este enfriamiento económico moderado podría conducir a un retorno a niveles sostenibles sin poner en peligro el mercado laboral. Se busca un equilibrio que evite un desempleo significativo mientras aborda la necesidad de una economía más sostenible, destacó el analista financiero.
A medida que avanzaba el 2023, las expectativas de recesión dieron paso a un optimismo cauteloso respaldado por el aumento de las tasas de interés. Las acciones se dispararon, y aunque los pronósticos del S&P 500 para 2024 sugieren un modesto crecimiento del 2 %, el consenso general es positivo, anticipando recortes de tasas de interés de la Reserva Federal.
Por ello, economistas como Javier Reyes de la Campa expresan confianza en la transición hacia un aterrizaje suave. No obstante, el optimismo se ve matizado por la predicción de un entorno de crecimiento lento en 2024 y la presión adicional sobre los márgenes de las empresas.
En medio de la incertidumbre sobre las decisiones de la Reserva Federal y las elecciones presidenciales en varios países, destaca la necesidad de un enfoque dinámico en la gestión económica. Por lo anterior, Reyes de la Campa advierte sobre la posibilidad de un entorno económico drásticamente diferente en cuestión de meses, enfatizando la importancia de la flexibilidad y la adaptabilidad en el panorama económico de 2024.
