Angelito Negro, el culto que crece en Tepito

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Angelito Negro, el culto que crece en Tepito

En Tepito, el llamado «barrio bravo» de la Ciudad de México, emerge el culto del Angelito Negro. Es una devoción al diablo repleta de rituales y simbolizada por un imponente altar.

La figura está sentada en medio de un gigante pentagrama (estrella) invertido que ocupa toda una pared de la habitación.

En una mano lleva una torta (bocadillo) y en la otra unos escapularios y un cigarrillo. A sus pies hay dinero, veladoras, muchas latas de cerveza. Una copa de vino, una pizza y varios círculos de sal en el suelo que sirven para limpiar de energías negativas el espacio. A los laterales del altar, cruces negras invertidas.

En esta pequeña habitación de una vivienda particular de Tepito, el Angelito Negro, vestido de blanco y con grandes cuernos, es el rey.

Nuevo culto

Óscar Pelcastre, conocido como el Obispo Negro, es el principal impulsor de este culto hace unas dos décadas.

Señores, señoras y varios jóvenes del barrio bravo de Tepito se acercan al altar del “Angelito Negro” para orar. Para dejar ofrendas como juguetes, carne, caguamas, cigarros de tabaco o mariguana, hasta sangre se atreven a dejar después que les cumplió lo que le pidieron.

El «angelito negro» es una representación de Lucífer, que según la Bliblia fue un ángel que se rebeló contra dios y fue expulsado del cielo al infierno. En la figura que existe en Tepito, Lucífer es negro, con cuernos y ojos azules, sentado en un sillón que a su vez, se encuentra sobre un pentagrama invertido.

La calle Carpintería de la colonia Morelos, en el corazón del barrio bravo de Tepito, se convierte en el escenario principal para celebrar todos los 1 de noviembre y desde hace tres años a “angelito negro”, fecha que coincide con las celebraciones de Día de Muertos en México.

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