México enfrenta una de las peores crisis hídricas de su historia reciente. Con ciudades que dependen de sistemas cada vez más frágiles, como el Cutzamala, la arquitectura sustentable emerge como una solución estratégica. El urbanista Ernesto Mizrahi sostiene que el diseño de viviendas debe integrar la gestión inteligente del agua como un eje central.
La CONAGUA reportó que al 15 de julio de 2025 el Sistema Cutzamala registró apenas un 56.4 % de almacenamiento, una cifra preocupante en comparación con los promedios históricos. Esta tendencia confirma que la vivienda no puede continuar ignorando su relación directa con el ciclo hídrico.
Soluciones hídricas en el diseño arquitectónico
De acuerdo con Mizrahi, una vivienda sustentable debe ser capaz de recolectar y reutilizar el agua que consume. Sistemas de captación pluvial, tecnologías de tratamiento de aguas grises y jardineras de infiltración son parte de las herramientas que deben integrarse en los proyectos urbanos.
Estas prácticas no solo reducen la presión sobre los embalses, sino que también generan beneficios económicos a mediano y largo plazo, ya que disminuyen el gasto doméstico en agua potable.
La experiencia internacional como modelo
En países europeos, la implementación de certificaciones ambientales como LEED o BREEAM ha generado un nuevo estándar de eficiencia en la construcción. México, en cambio, continúa validando proyectos que no incorporan criterios básicos de sustentabilidad hídrica. Este rezago agrava la crisis en regiones altamente urbanizadas como el Valle de México.
Biovivienda: una alternativa viable
El concepto de biovivienda ofrece una ruta de transformación profunda en el sector inmobiliario. Desde techos verdes y fachadas ventiladas hasta sensores digitales que monitorean el consumo en tiempo real, la arquitectura sustentable plantea un modelo urbano capaz de adaptarse a los desafíos climáticos actuales.
Ernesto Mizrahi insiste en que la sustentabilidad ya no debe entenderse como un valor agregado, sino como un requisito indispensable. El agua es el recurso estructural que definirá el futuro de la vivienda en México. Por ello, la arquitectura sustentable tiene la responsabilidad de liderar la transición hacia un modelo urbano más consciente, eficiente y resiliente.







