En julio de 2025, cinco jóvenes mexicanos cruzarán el Atlántico no con una maleta llena de souvenirs, sino con una mente repleta de fórmulas, teorías y ecuaciones complejas. Gracias al apoyo de Banco Azteca y Fundación Azteca, estos brillantes estudiantes representarán a México en la Olimpiada Internacional de Física (IPhO), que se celebrará en París del 18 al 24 de julio.
Lo que para muchos es una ecuación imposible, viajar al otro lado del mundo para competir entre las mentes más brillantes del planeta, se volvió una realidad gracias a una alianza que transformó el conocimiento en impulso. Banco Azteca y Fundación Azteca respondieron de inmediato a una solicitud pública realizada por la Olimpiada Mexicana de Física el 11 de junio, en la que advertían que aún faltaban recursos para garantizar la participación del equipo mexicano. En cuestión de días, estos jóvenes encontraron apoyo.
Los cinco integrantes de la delegación mexicana, Álvaro González (Sinaloa), Ángel Campos (CDMX), Diego Medina (Estado de México), Jaime López (Puebla) y Sixto Alzate (Baja California), no ganaron un sorteo ni pidieron favores: fueron seleccionados por mérito propio, luego de superar un exigente proceso nacional coordinado por la SMF. Junto a ellos viajarán sus mentores Didier Gamboa (Universidad Politécnica de Yucatán) y Eleazar Neri (UNAM), encargados de afinar cada idea y cada cálculo antes de la competencia.
“Apoyar a esta delegación no solo nos inspira, sino que nos compromete a seguir invirtiendo en el potencial de nuestra juventud”, expresó Antonio Domínguez, director general de Fundación Azteca.
Y si alguien duda del poder transformador de la ciencia, basta ver cómo unos cuantos símbolos en una hoja, derivadas, integrales, leyes de Newton, pueden abrir puertas a otro continente. “Estos jóvenes no piden favores”, comentó José Manuel Azpiroz, director de Comunicación de Grupo Elektra. “Se ganaron su lugar en París con pasión, estudio y disciplina. En Banco Azteca y Fundación Azteca creemos en el mérito como motor de transformación, y en la ciencia como el camino más sólido hacia un México más competitivo y próspero”.
La Olimpiada Internacional de Física no es un viaje escolar. Fundada en 1967 en Varsovia, es una de las competencias científicas más desafiantes del mundo. Cada año, más de 90 países envían a sus mejores estudiantes para resolver complejos problemas de física teórica y experimental. Es, en muchos sentidos, el “mundial” del pensamiento lógico y del rigor científico.
Esta participación marca también una apuesta por el largo plazo. Banco Azteca y Fundación Azteca no solo están financiando un viaje: están invirtiendo en futuros ingenieros, científicos, profesores y líderes que podrían, en unos años, revolucionar desde la energía hasta la inteligencia artificial.
Y sí, puede que París sea la ciudad del amor, pero en este caso será la ciudad del esfuerzo, del conocimiento y de cinco jóvenes mexicanos que están demostrando que, cuando se tiene el talento, hasta una ecuación puede ser la mejor visa.
