Robo o secuestro de mascotas, un delito ignorado en México

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Robo o secuestro de mascotas, un delito ignorado en México
Robo o secuestro de mascotas, un delito ignorado en México

El robo o secuestro de mascotas es un delito ignorado en México.

Cecilia Mendez sufrió un calvario tras la desaparición de su perrita, una pug de nombre Puggy.

Y es que además de amenazas, extorsiones, intimidaciones e incluso su vida en riesgo, sumadas a la cantidad de dinero que desembolsó, fue lo que padeció tras compartir en redes sociales sus datos personales y los de su mascota.

Rodolfo Colín, fundador de Petloc búsqueda animal, empresa que encuentra a mascotas extraviadas, dijo que “Lamentablemente cuando extravías a una mascota se sube la información a redes sociales, en la que hay personas buenas, que te ayudan sin conocerte, que te apoyan compartiendo. Pero también personas malas que pudieran querer tomar algún tipo de ventaja”.

De enero a julio de 2024 se registraron 45 robos de animales de acuerdo con la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México. En el periodo, cifras del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública arrojan que se reportaron 5 mil 962 casos de todo tipo de extorsión.

Hasta el momento no está tipificado como delito el robo o secuestro de una mascota en la CDMX o el Estado de México. En estos casos lo que los dueños pueden hacer es denunciar el robo de un bien inmueble, es decir, de un objeto.

Pocas denuncias

Cabe señalar que no todas las extorsiones, robos o secuestros de mascotas son denunciados. La mayoría de casos los dueños no recurren a las autoridades y prefieren solicitar el apoyo de empresas particulares como Petloc y Pawify, esta última enfocada en anuncios geolocalizados a través de redes sociales para búsqueda de mascotas.

Además, de acuerdo con Cecilia las autoridades no brindan atención en estos casos, al no ser considerados un asunto relevante.

“Creo que a las autoridades no les interesa lo que tenga que ver con los animales. Yo fui dos veces, en la primera me dijeron que ahí tenían muchos delitos como para estar viendo lo de mi perra. Que seguramente regresaba después o que había sido un descuido mío y la segunda vez hable con una abogada y me dijo que podía acusar de robo a alguien, pero que no había como tal una ley que protegiera a los animales”, señaló.

 

 

 

 

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