El término «nomofobia» proviene del inglés, donde se deriva de la frase «no-mobile-phone phobia». En español, se traduce como «miedo a no tener el teléfono móvil».
La nomofobia describe la intensa preocupación y dependencia emocional que algunas personas experimentan cuando no tienen acceso a su dispositivo móvil y, por ende, a las redes sociales y la información actual.
Los síntomas de la nomofobia
Entre los síntomas más comunes, se encuentra la obsesión por revisar el teléfono en momentos inapropiados. Una sensación de angustia cuando el dispositivo no está disponible, una necesidad constante de estar conectado y una interferencia significativa en la vida diaria.
Es cierto que el uso del celular es casi «inevitable», y en muchos casos, necesario para actividades laborales o de entretenimiento. No obstante, cuando esta dependencia empieza a afectar las relaciones interpersonales, el bienestar emocional, la productividad y la salud, es cuando la nomofobia se convierte en un problema real y perjudicial.
El tiempo que se pasa pegado al celular puede privar a la persona de momentos para aburrirse, reflexionar o ser creativo. Incluso en breves instantes de espera, como en una fila para el supermercado, la primera reacción habitual es revisar el celular para chequear novedades en las redes sociales.
Estrés
Según los investigadores, la nomofobia se ve alimentada por la constante actualización y mejora de las aplicaciones, que generan un ciclo en el que las personas están constantemente atraídas a probar algo nuevo y a compartir más contenido.
Las empresas detrás de las redes sociales lograron convertirse en expertas en mantener a sus usuarios conectados y atentos, ya que hay una tendencia creciente en la cantidad de personas que dedican excesivas horas a sus teléfonos, afectando negativamente sus vidas y sus relaciones personales.







