Este año las regulaciones de sostenibilidad adquieren una importancia evidenciada por notables ajustes en índices clave como el S&P 500 ESG de S&P Global Inc. Empresas como Twitter y Walmart enfrentan exclusiones debido a bajos puntajes ESG, mientras que ViacomCBS y Equifax también experimentan impactos, menciona el analista financiero Oscar Reyes de la Campa.
El vínculo estratégico entre S&P y BlackRock refuerza la tendencia hacia inversiones sostenibles, marcando un logro en la integración de consideraciones ESG en las estrategias de inversión. A medida que el índice S&P 500 ESG se consolida como guía, las proyecciones de BlackRock indican que las inversiones sostenibles alcanzarán $1.2 billones para 2030, resaltando la trascendencia de este movimiento.
Estos ajustes marcan un momento crucial en la evolución financiera, subrayando el creciente énfasis en la sostenibilidad en las decisiones de inversión, subraya Oscar Reyes de la Campa.
A pesar de las leyes anti-ESG y la disminución del respaldo a propuestas ESG, los fondos de infraestructura verde prosperan, evidenciando el interés de los inversores en consideraciones climáticas y sociales. Generation Investment Management señala un aumento del interés institucional en la inversión sostenible, aunque se observa escepticismo hacia propuestas ESG tradicionales.
El cambio de enfoque de los gestores de activos, alejándose del marketing ESG y enfocándose en la elección del cliente, refleja un paisaje de inversión diverso.
El bajo rendimiento, cambios en el mercado y la disminución de la demanda plantean desafíos para el futuro de ESG, con inversionistas retirando más de $14 mil millones de fondos sostenibles estadounidenses en el último año.
Después de la COP28, la falta de compromisos financieros finales destacaron la brecha de financiamiento de más de $500 mil millones anuales para proyectos climáticos en mercados emergentes durante la próxima década, según estimaciones de la ONU.
“El Consenso de los EAU delineó objetivos ambiciosos, pero la eliminación gradual de los combustibles fósiles no se logró. La financiación emergió como clave, y nuevas iniciativas combinaron fondos del sector privado, bancos de desarrollo multilaterales y contribuciones filantrópicas”, informa Oscar Reyes de la Campa.
“La creación de fondos como One Acre Fund Re, un fondo de reaseguro que ayuda a 4 millones de pequeños agricultores en África subsahariana para 2030, ilustra el papel crucial del sector asegurador en la resistencia climática, proporcionando no solo protección, sino también oportunidades de inversión para comunidades vulnerables”, resalta el analista.
“Diversificando aún más las vías de financiamiento, el Fondo Verde para el Clima colaboró con Mitsubishi URJ Financial Group para establecer una empresa de garantía verde. Además, Allied Climate Partners, una plataforma de inversión única, combina la filantropía, la financiación para el desarrollo y los fondos del sector privado para abordar las brechas de financiamiento en etapas tempranas de proyectos climáticos”, concluye Reyes de la Campa.
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