Ciudad de México 11 de septiembre._
En el caso de México, la minería es desde hace varias décadas manejada por influyentes intereses nacionales y extranjeros.
Como nunca, el Estado dejó una de nuestras riquezas en manos privadas.
Desde 1994 les concesionó cerca de la quinta parte del territorio nacional.
Y mientras las empresas obtienen utilidades multimillonarias, en cambio se empobrecen las comunidades donde la minería tiene presencia.
Y no sólo eso: se destruye el ambiente y los recursos naturales que encierra y de los que depende la existencia de millones de habitantes.
Una muestra de los daños que ocasiona la minería en México, y la necesidad de que el Estado retome su papel rector en bien de la población, la ofrecen varios especialistas en un número especial de La Jornada Ecológica, que puede consultarse en https://ecologica.jornada.com.mx/.
Con datos muy precisos, los especialistas documentan esa necesidad; destacan cómo la minería ocasiona pobreza y contaminación extremas.
Además, el gobierno viola acuerdos internacionales sobre la necesidad de consultar con las comunidades donde existe riqueza minera, los términos de la explotación en cada caso.
opinión: IVÁN RESTREPO. LA JORNADA