La llegada inminente del Huracán Beryl, de categoría 5, ha generado una gran inquietud entre los residentes de Yucatán y Tamaulipas, publicó ayer Imagen.
Y es que el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés) ha informado que el huracán tocará tierra en dos ocasiones en México, primero en Yucatán y luego en Tamaulipas.
Ante esta situación, los habitantes de Yucatán han optado por tomar medidas poco convencionales para prepararse: “destruir” la estatua de Poseidón.
En Puerto Progreso, Yucatán, la estatua de Poseidón, instalada en mayo pasado, ha sido objeto de controversia desde su colocación.
Inicialmente, la estatua fue destinada a ser un elemento decorativo, pero ha sido señalada por algunos habitantes como la causa de los recientes fenómenos naturales adversos.
A raíz de la inminente llegada del huracán Beryl, un grupo de usuarios de redes sociales en Yucatán se organizó para destruir la figura del dios griego del mar, culpándolo de las desgracias climáticas en la región.
La molestia con la estatua comenzó a crecer en paralelo con las olas de calor y la sequía que afectaban al país en el momento de su instalación. Los residentes de Puerto Progreso sostienen que la presencia de Poseidón ha enfurecido a Chaac, el dios de la lluvia, los relámpagos y el trueno en la cultura maya, muy venerado en la región.
En este contexto, fue que un grupo en Facebook, denominado «Ir a destruir la estatua de Poseidón», rápidamente ganó notoriedad, alcanzando más de 35 mil miembros antes de ser cerrado por su creador debido a la recepción de amenazas y comentarios de odio.
El propósito de este movimiento era manifestar el rechazo a la estatua y simbólicamente entregar sus restos a Chaac para apaciguar su supuesta ira.
“Mensaje a la comunidad: Muchas gracias por su apoyo de verdad fue divertido ver que muchísimas personas se lo tomaron como un buen chiste y que logramos en una hora llegar hasta 35 mil personas eso no lo esperaba y salir en 3 noticieros locales, pero he recibido muchos comentarios de odio y personas amenazando y no quiero que se descontrole los tqm a todos los que se divirtieron”.
En la cosmovisión maya, Chaac es una deidad central, especialmente en una sociedad agrícola donde la lluvia era esencial para la supervivencia.
Los mayas creían que Chaac tenía el poder de controlar las lluvias, y realizaban rituales y ofrendas para asegurar buenas cosechas. La dependencia de la agricultura hacía que la presencia de agua, considerada un regalo de Chaac, fuera crucial
Chaac es representado con características feroces, como colmillos prominentes y una larga trompa, simbolizando el poder y la intensidad de las tormentas.
También se le suele ver con un hacha, representando el trueno. Estas representaciones subrayan su dominio sobre los elementos y su importancia en la vida de los mayas.
Además del dios principal, existían los «Chacs», sus ayudantes, que representaban las direcciones cardinales: norte, sur, este y oeste. Cada Chac tenía control sobre distintos aspectos del clima y la lluvia.
Los mayas realizaban diversos rituales para honrar a Chaac y a los Chacs, especialmente durante las épocas de sequía o antes de la temporada de lluvias.
Estos rituales incluían danzas, oraciones y ofrendas, y en ocasiones, sacrificios humanos para garantizar la benevolencia del dios.
Con información de Imagen
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