«¡Nuestra fábrica está bajo el agua!», grita entre lágrimas una residente de Severo-Kurilsk, mientras contempla cómo las olas inundan el puerto de esta ciudad rusa, ubicada al norte de las islas Kuriles, tras un devastador terremoto, seguido por un tsunami en Rusia.
Desde una colina, la mujer observa el edificio sumergido de la planta procesadora de mariscos Alaid, mientras los contenedores flotan a la deriva, según imágenes difundidas por el canal Zvezda.
Cuatro olas de tsunami golpearon Severo-Kurilsk el miércoles, alcanzando hasta 200 metros tierra adentro, informó Aleksandr Ovsiannikov, alcalde del distrito de las islas Kuriles del Norte.
El sismo, de magnitud 8.8, es el más fuerte registrado en la región en casi 73 años. Sacudió zonas cercanas a la península de Kamchatka, generando tsunamis en Rusia y Japón, y activando alertas en casi todo el Pacífico.
«Todos sintieron las sacudidas, todos comprendieron la gravedad», expresó Ovsiannikov en un mensaje dirigido a los 2,500 habitantes evacuados a zonas seguras.
«El temblor fue intenso, los muebles cayeron y la vajilla se rompió», relató por teléfono Oleg Stuchinski al diario Rossiyskaya Gazeta, asegurando que «la mayoría se mantiene tranquila».
«No hay pánico», añadió Sergey Lakomov, señalando que solo los turistas y quienes tienen niños pequeños se mostraron alterados.
El sitio Astv.ru compartió imágenes de calles vacías tras la evacuación, mientras una alarma seguía sonando en la ciudad.
Según el USGS, el terremoto ocurrió el martes a las 23:24 GMT, a 20.7 km de profundidad y a 126 km de Petropávlovsk, en el extremo oriente ruso.
Esta magnitud no se veía en Kamchatka desde el 5 de noviembre de 1952, cuando un sismo de 9 grados en la misma zona provocó tsunamis devastadores en todo el Pacífico.
El servicio sismológico local advirtió que podrían registrarse réplicas de hasta 7.5 grados.
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