El chino Liu Jiakun, uno de los artífices de la transformación de la arquitectura de su país combinando utopía y funcionalidad, es el ganador del premio Pritzker 2025, considerado como el Nobel de arquitectura, informaron ayer los organizadores.
“Siempre he aspirado a ser como el agua: penetrar en un lugar sin tener una forma fija propia y filtrarme en el entorno local y en el propio lugar”, explica el arquitecto, nacido en 1956 en Chengdú (China) y que hasta 1993 alternaba la arquitectura con la escritura, su otra gran pasión.
Su arquitectura refleja la “utopía frente a la existencia cotidiana, la historia frente a la modernidad y el colectivismo frente a la individualidad”, dicen los organizadores del premio establecido en 1979.
Su arquitectura “celebra la vida de los ciudadanos de a pie”, añaden.
Entre sus proyectos destacan el museo de Chengdu, un edificio de hormigón sin ventanas pero con huecos que permiten filtrar la luz en el interior, rodeado de paisajes naturales y artificiales que se entrelazan.
La arquitectura, señaló, “debe abstraer y hacer visibles las cualidades inherentes a la gente del lugar.
Puede moldear el comportamiento humano y crear atmósferas, ofreciendo una sensación de serenidad y poesía, evocando la compasión y la misericordia, y cultivando un sentimiento de comunidad compartida”, finalizó Liu.
La Fundación del Patrimonio anunció un concurso para adquirir, por sorteo, piedras de la catedral de Notre Dame de París a cambio de una donación para el patrimonio religioso francés en peligro.
Un total de 50 cubos tallados en piedra caliza de 7 cm de lado y cuya cara está cubierta con una placa de latón, serán entregados a los ganadores seleccionados al azar entre el 7 y el 11 de abril.
Con información de la AFP
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