La arquitectura sostenible está experimentando un renacimiento, regresando a sus raíces fundamentales mientras abraza la innovación para un futuro más resiliente. En este contexto, el empresario y arquitecto mexicano, Daniel Esquenazi Beraha, explica que la convergencia de materiales tradicionales y alternativas modernas está marcando el camino hacia un paisaje construido más consciente y amigable con el medioambiente.
Durante milenios, los ladrillos han sido la piedra angular de la construcción, pero su producción tradicional ha planteado desafíos ambientales significativos. La quema de arcilla en hornos alimentados con combustibles fósiles ha dejado una huella preocupante, lo que ha impulsado la búsqueda de soluciones más sostenibles.
En este sentido, Daniel Esquenazi Beraha, arquitecto y empresario mexicano, ha abogado por esta evolución hacia una arquitectura más sostenible que retome las bases y principios. Para el arquitecto, la sostenibilidad no es solo una tendencia, sino una necesidad imperativa para garantizar un futuro equilibrado y resiliente.
“Los bloques de tierra compactada, también conocidos como ladrillos ecológicos, representan un cambio en la forma en la que concebimos los materiales de construcción. Compuestos por una mezcla de subsuelo inorgánico, arcilla no expansiva, áridos y cemento Portland, ofrecen una alternativa viable a los ladrillos cerámicos tradicionales”, explicó.
- La simplicidad y versatilidad de los bloques de tierra compactada los convierten en una opción atractiva para proyectos de construcción de diversos tamaños y presupuestos·, según destaca Esquenazi Beraha. Además, su proceso de fabricación relativamente sencillo y con requisitos mínimos de recursos los posiciona como una alternativa económica y ambientalmente consciente.
Sargazo y otras materias primas con potencial sostenibles
Pero la innovación en la construcción sostenible no se detiene ahí. Empresas líderes en la fabricación de ladrillos, como Randers Tegl y La Paloma Cerámicas, han implementado medidas innovadoras para reducir su huella ambiental. Los ladrillos GREENER, desarrollados por Randers Tegl, han logrado una reducción del 50 % en su impacto ambiental gracias al uso de biogás y electricidad renovable en su producción.
La búsqueda de soluciones innovadoras ha llevado a la exploración de materiales locales y orgánicos, como el sargazo en las costas del Caribe mexicano. Esquenazi Beraha ha sido un defensor de esta transformación, destacando el potencial del sargazo como un material de construcción sostenible.
Un ejemplo de esta innovación es el uso de tabiques fabricados con sargazo, que ha surgido como una solución innovadora en la construcción, ofreciendo beneficios económicos y ambientales. Empresas como Blue-Green de Puerto Morelos, Cancún han sido pioneras en este campo, erigiendo estructuras con bloques de adobe y sargazo que han demostrado resistencia a sismos y vientos de huracán, según pruebas realizadas por instituciones como la UNAM.
“La adopción de estas soluciones no solo beneficia al medioambiente, sino que también impulsa la economía local y promueve la responsabilidad social”, destacó Daniel Esquenazi Beraha.
La combinación de ladrillos convencionales y tabiques de sargazo en proyectos de construcción refleja un enfoque integrado hacia la sostenibilidad en la arquitectura contemporánea. Desde la nueva sede de Danish Crown, construida con ladrillos GREENER hasta las casas construidas con sargazo en las costas del Caribe mexicano, la arquitectura sostenible está transformando tanto el paisaje construido como las perspectivas económicas y ambientales.







