Ciudad de México, 9 de Jun.- Las alternancias manifiestan el fastidio de la ciudadanía con los gobiernos en turno, por los niveles desenfrenados de corrupción, abuso de poder e ineficiencia.
Pero no se trata simplemente de arrebatar el poder y celebrar con bombo y platillo, como lo está haciendo el PAN al haberse quedado, ya sea sólo o en coalición con el PRD, en seis estados que dirigía el PRI. O que el tricolor alardee su regreso a estados como Oaxaca o Sinaloa, donde gobernaban Movimiento Ciudadano y el blanquiazul, respectivamente.
Echar las campanas al vuelo a estas alturas del partido es como festejar el examen de admisión a la universidad cuando queda todo un camino por recorrer para obtener el título profesional…Y ese título equivale al reconocimiento por parte de la ciudadanía de una gestión transparente, honesta y de puertas abiertas, capaz de cumplir con las promesas de campaña y responder a sus necesidades. Ahí es donde se ubica la verdadera prueba de fuego.
La gran bandera de los gobiernos de alternancia parece ser la promesa de llamar a cuentas a sus antecesores y combatir la corrupción. Y no sólo me refiero a las alternancias en este año electoral, sino también del año pasado, con la llegada de “El Bronco” al poder en Nuevo León, como el primer candidato independiente.
Tanto Jaime Rodríguez, como el ahora gobernador electo de Chihuahua por el PAN, Javier Corral, entre otros, plantearon como ejes centrales de sus campañas: investigar los desvíos de recursos, meter a la cárcel a los responsables y resarcir el patrimonio público.
Hace apenas unos días, la administración de “El Bronco” inició el embargo de propiedades del ex gobernador priísta, Rodrigo Medina, y de varios miembros de su gabinete, por supuestos delitos de corrupción y daño al erario público, por más de 3 mil 600 millones de pesos.
Quizás algunas personas califiquen el anuncio de estas acciones como parte de una estrategia encubierta del gobierno de Nuevo León para dañar la imagen del PRI, durante el pasado proceso electoral. Sin embargo, lo más importante es comenzar a dar los primeros pasos en la dirección correcta y mandar la señal de que existe una efectiva aplicación de la ley y se está cerrando el paso a la impunidad y a los excesos de los señores gobernadores y sus secuaces.
Ahora habrá que ver si efectivamente Javier Corral y los demás gobernadores que acaban de obtener sus triunfos, tendrán la voluntad política para impartir justicia y acabar con los privilegios y atracos de sus antecesores.
Finalmente, a los electores no les interesa si gana el PAN, el PRI, el PRD, Morena o los Independientes; lo que realmente les importa son los resultados. Quienes comiencen a darlos, no serán ganadores de elecciones, sino restauradores de la confianza ciudadana.
