La frontera entre México y Guatemala no sólo es usada por migrantes sino también por comerciantes quienes favorecen a los comerciantes del sur del país.
En Ciudad Hidalgo, pueblo del estado de Chiapas en México, al suroeste de la frontera los comerciante comentaron al The New York Times que han tenido una reducción significativa de sus ventas desde junio.
Desde el despliegue de la Guardia Nacional como parte de el acuerdo entre el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y de su homólogo estadounindese, Donald Trump, pensado para evitar la imposición de los aranceles.
Un número exponencial de los clientes en Chiapas eran guatemaltecos que viajaban a hacer compras en balsas por el río Suchiate para evitar pagar aranceles, pero han dejado de por temor a que les quite la mercancía la Guardia Nacional.
“La gente tiene miedo de venir porque temen que el gobierno llegue a quitarles la mercancía”, dijo Mary, comerciante en Ciudad Hidalgo que pidió no hacer público su apellido por temor a represalias de las autoridades. “Vivimos de este comercio, comemos gracias a ese comercio”.
En una nota también publicado por el diario neoyorquino “Contrabandistas, balseros y migrantes: la frontera de México y Guatemala” señalan que “El puente es la ruta legal; debajo está la ilegal”.
En entrevista con Silvia Avaja, dueña de una tienda en Nentón, Guatemala comento que generalmente ella viaja a México cada tres meses para abasteces de productos como jabón desodorante y pasta dental. Sin embargo, las nuevas medidas fronterizas de México la tienen asustada.
Avaja ha dejado e ir a la Chiapas a comprar sus productos porque escucho que estaban confiscando las compras hechas en el mercado negro.
“estoy pensando en ya no ir más”, dijo Avaja.
