Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, ha generado controversia por sus recientes declaraciones y apariciones públicas. El más reciente episodio involucra un viaje a Japón, donde asegura haber sido espiado durante sus vacaciones.
Conocido como “Andy” en círculos políticos y por su propio padre, López Beltrán ha seguido los pasos del fundador de Morena, aunque ha buscado marcar distancia en ciertos temas. Actualmente funge como secretario de Organización del partido, y ha sido enfático en defender su postura frente a las críticas que recibe por ser parte del legado de AMLO.
Desde 2017, Andy ha manifestado que ni él ni sus hermanos creen en el nepotismo. En el documental Esto soy, producido por Verónica Velasco y Epigmenio Ibarra antes de que AMLO llegara a la presidencia, López Beltrán afirmó que su familia no se beneficiaría del poder político.
“De niños nos tocó sufrir. Mi papá fundó la oposición. No somos estos juniors abusivos del poder. Nosotros no vamos a ser parte del gobierno, no creemos en el nepotismo”, declaró en ese entonces. Hoy, esas palabras resuenan con fuerza ante las críticas que enfrenta por su estilo de vida.
En el episodio 11 del podcast La Moreniza, conducido por Luisa María Alcalde, Andy López Beltrán pidió que no se le llame “Andy”, pues considera que ese apodo minimiza el legado de su padre.
“Yo me llamo Andrés Manuel López Beltrán y mi más grande orgullo es llamarme como el mejor presidente que ha tenido este país. El llamarme ‘Andy’ es demeritar eso, quitarme ese legado, quitarme ese nombre”, expresó.
Además, criticó a los medios por difundir lo que considera noticias falsas, asegurando que están “muy quemados” y que su cobertura responde a intereses conservadores.
La polémica más reciente surgió tras revelarse que López Beltrán vacacionó en Tokio, Japón, visitando tiendas de lujo y restaurantes exclusivos. La oposición lo acusó de contradecir los principios de austeridad promovidos por la Cuarta Transformación.
Diez días después, el morenista reapareció en redes sociales con un comunicado en el que aclaró que el viaje fue financiado con recursos propios, tras “extenuantes jornadas de trabajo”. Negó haber viajado en avión privado o del Ejército, y aseguró que se hospedó en un hotel de 7,500 pesos por noche, con desayuno incluido.
Además, acusó a la oposición de enviar espías para fotografiarlo y acosarlo, calificando la campaña en su contra como un linchamiento político “impregnado de odio, clasismo y calumnias”.
“Desde niño aprendí que el poder es humildad. La austeridad es un asunto de principios, se debe vivir en la justa medianía”, afirmó. También arremetió contra lo que llamó “el hampa del periodismo”, comparándola con la mafia del poder económico y político que, según él, ha enfrentado desde hace décadas.
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