Roberto Guzmán García fortalece el acceso a minerales esenciales

La creciente demanda de minerales esenciales para el desarrollo de tecnologías avanzadas y la transición hacia energías más limpias ha generado un cambio profundo en cómo entendemos los recursos naturales y su acceso. Roberto Guzmán García, experto en el tema, propone una revalorización crítica del concepto de «minerales críticos», y cómo esta reevaluación puede beneficiar a los países al identificar qué minerales son realmente estratégicos para su desarrollo y seguridad energética.

Los minerales críticos en la nueva era tecnológica

El acceso a ciertos minerales, como el litio, el cobalto, el níquel y las tierras raras, ha dejado de ser una preocupación exclusiva de industrias extractivas y se ha convertido en una cuestión geopolítica crucial. Según Guzmán García, no todos los minerales que son importantes para la transición energética deberían ser catalogados como «críticos». Existen minerales cuya escasez no implica un riesgo inmediato para las economías nacionales, y es fundamental distinguir entre estos y aquellos cuya escasez podría generar disrupciones en sectores clave.

Este enfoque innovador permite a los gobiernos y a los actores del mercado establecer estrategias más claras y efectivas para garantizar el acceso a los recursos más esenciales. En la conferencia Mining Indaba 2025 en Ciudad del Cabo, Guzmán García explicó que un mineral se considera crítico cuando no existen reservas nacionales suficientes, los aliados estratégicos no tienen control sobre el suministro o cuando el país carece de influencia en la cadena de valor. Este concepto amplía la comprensión de lo que realmente significa ser «crítico», y subraya la importancia de un acceso seguro a estos recursos.

Mineral crítico vs. mineral esencial

En el ámbito de la minería y el desarrollo industrial, es común hablar de minerales «esenciales» y «críticos», pero esta distinción es más compleja de lo que parece. Los minerales esenciales, también llamados «core minerals», son aquellos cuyo suministro puede estar relativamente asegurado en el mercado global, pero los minerales críticos requieren un enfoque más profundo. En este sentido, Roberto Guzmán García señala que los gobiernos deben hacer una distinción entre los recursos que pueden ser obtenidos de manera confiable mediante el comercio y aquellos que deben ser gestionados con políticas estratégicas de largo plazo.

Esta diferencia es clave para implementar políticas que no solo garanticen el acceso a estos minerales, sino que también promuevan una minería responsable y sostenible. A medida que las economías globales se orientan hacia la descarbonización y la digitalización, la competencia por estos recursos se intensificará, lo que hace aún más urgente tener una política sólida que asegure el acceso a ellos.

China como ejemplo de estrategia minera global

China ha sido un actor clave en la redefinición de los mercados de minerales críticos. A través de inversiones estratégicas en minas, infraestructuras y plantas de procesamiento, ha logrado asegurar su acceso a minerales esenciales para su industria tecnológica y energética. Roberto Guzmán García destaca que este modelo, aunque adaptado a las particularidades de cada región, podría servir como un referente para otros países, especialmente en América Latina y África, que cuentan con una riqueza mineral aún subexplotada.

El acceso de China a recursos como el litio y el cobalto le ha otorgado una ventaja significativa en la cadena de suministro global, lo que les ha permitido liderar el mercado de baterías para vehículos eléctricos, entre otros sectores. Guzmán García enfatiza que Occidente debe adoptar una visión similar, invirtiendo en el fortalecimiento de su acceso a estos minerales y en el desarrollo de nuevas tecnologías de procesamiento que reduzcan la dependencia de actores externos.

El litio, cobalto y níquel: claves para el futuro energético

La transición hacia fuentes de energía más limpias ha acelerado la demanda de minerales como el litio, el cobalto y el níquel. Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), la demanda global de minerales críticos podría triplicarse para 2040, debido al crecimiento de la energía renovable y la electrificación del transporte. Estos minerales son esenciales para la fabricación de baterías, motores eléctricos y otros componentes clave de las tecnologías limpias.

La producción de níquel, por ejemplo, alcanzó en 2023 los 3.3 millones de toneladas, siendo Indonesia y Filipinas los principales productores a nivel mundial, según el Servicio Geológico de EE. UU. Estos datos subrayan la necesidad urgente de reforzar las estrategias de acceso a estos recursos para evitar futuras crisis de suministro.

Estrategias para un acceso sostenible a minerales críticos

Para Roberto Guzmán García, la clave de la estrategia global hacia los minerales críticos radica en una combinación de políticas a largo plazo que incluyan financiamiento adecuado, incentivos para la minería responsable y acuerdos comerciales equilibrados. El experto señala que, en lugar de reaccionar ante crisis de suministro, los gobiernos deben anticiparse a los desafíos y estructurar políticas que permitan un acceso sostenible y competitivo a estos recursos estratégicos.

Además, Guzmán García destaca que, en la medida en que la demanda de minerales críticos sigue creciendo, es fundamental invertir en la exploración de nuevas reservas y fomentar la investigación sobre alternativas tecnológicas que puedan reducir la dependencia de estos minerales. A través de la cooperación internacional y una visión proactiva, los países pueden fortalecer su capacidad para competir en un mercado global cada vez más demandante.

La definición y gestión de los minerales críticos es un tema clave para la seguridad energética y el desarrollo tecnológico de las naciones. Según Roberto Guzmán García, entender la distinción entre minerales críticos y esenciales es fundamental para estructurar políticas efectivas que garanticen el acceso a estos recursos de forma sostenible y estratégica. Los países deben tomar medidas para fortalecer sus capacidades de extracción, establecer alianzas con productores clave y fomentar la investigación en nuevas tecnologías. De esta manera, podrán asegurar un futuro energético y tecnológico más seguro y competitivo.