Roberto Guzmán García evalúa cómo el acuerdo Mercosur-UE facilita el acceso al litio
Europa busca garantizar el suministro de litio para fortalecer su industria de electromovilidad. Argentina posee el 13 % de las reservas confirmadas a nivel mundial, mientras que Bolivia cuenta con el mayor potencial en recursos aun sin explotar. Expertos en el ramo como Roberto Guzmán García, señalan que el reciente acuerdo comercial entre Mercosur y la Unión Europea (UE), firmado el 6 de diciembre del año pasado tras 25 años de negociaciones, podría facilitar el acceso europeo a estos materiales estratégicos al redefinir la cadena de suministro global y abrir nuevas oportunidades de cooperación.
El tratado, que aún espera la ratificación de los 27 países de la UE, tiene implicaciones directas para la producción y exportación de litio. Brasil, Argentina y Bolivia se perfilan como proveedores clave. Aunque Bolivia aún no ha desarrollado una industria consolidada, su incorporación como miembro pleno del Mercosur refuerza la posición del bloque sudamericano en este mercado.
El litio impulsa la fabricación de baterías para vehículos eléctricos y sistemas de almacenamiento de energía. A pesar de la volatilidad en su precio, la demanda sigue en ascenso.
El pacto también responde a la necesidad de reducir la dependencia europea de China. Analistas del banco ING destacan tres razones por las cuales el litio debería ocupar un papel central en las discusiones sobre este tratado. En primer lugar, la UE sigue dependiendo de proveedores asiáticos para garantizar su abastecimiento. Además, Argentina y Bolivia cuentan con grandes reservas de este recurso. Finalmente, la demanda europea de baterías de litio podría multiplicarse por 12 hacia 2030, mientras que el uso de metales raros en energías renovables aumentaría entre cinco y seis veces en el mismo periodo.
La Federación de Industrias Alemanas (BDI) ha enfatizado la importancia de este acuerdo para la seguridad energética y la industria tecnológica de Europa. Además de facilitar el acceso a mercados estratégicos, el pacto promueve un comercio basado en reglas claras. En paralelo, el tratado permitirá a las empresas europeas ingresar a sectores clave del Mercosur, como el de contratación pública y servicios de alto valor.
Por otro lado, la UE ha comprometido 1,800 millones de euros a través de la iniciativa Global Gateway para apoyar la transición digital y ecológica en Sudamérica. A cambio, reducirá aranceles sobre productos agrícolas y bienes manufacturados, impulsando el comercio entre ambas regiones.
Con la ratificación aún pendiente, la expectativa gira en torno a cómo este tratado redefinirá el comercio de litio y consolidará a Sudamérica como un proveedor clave. Más allá del impacto inmediato, la cooperación entre Mercosur y la UE podría transformar la cadena global de suministro de materias primas críticas, asegurando una mayor estabilidad para la transición energética mundial.
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