José Reynoso González, especialista en publicidad y marketing, asegura que el concepto de sustentabilidad dejó de ser una aspiración a una realidad para que las marcas atrigan a un mercado, principalmente compuesto por jóvenes, interesado por cambiar sus hábitos de consumo.
Un informe de BBMG, GlobeScan y SustainAbility estima que 2 mil 500 millones de consumidores en todo el mundo han adoptado un estilo de vida basado en la sustentabilidad con prácticas como: reducción del consumo de plásticos de un solo uso y el cuidado de los recursos naturales mediante productos amigables con la naturaleza.
Para el especialista José Reynoso González, el crecimiento de este movimiento es claro: “más consumidores están buscando empresas ambientalmente responsables y verifican prácticas ecológicas, lo cual fuerza a las marcas a adaptarse”.
Este fenómeno ha dado lugar al auge a prácticas como el green marketing o marketing verde donde se destaca el valor sustentable de los productos y el compromiso ecológico de las marcas con el medioambiente.
Para las marcas, la transición hacia una comunicación auténtica y sustentable supone retos complejos como rediseñar empaques, productos y replantear las cadenas de suministro. Además, los mensajes publicitarios han cobrado mayor relevancia.
“La transparencia de las marcas y negocios se vuelve, hoy más que nunca, un requisito estratégico para que este público pueda constatar si sus prácticas realmente coinciden con sus discursos”, afirma José Reynoso González, especialista en publicidad y marketing.
Pero, así como representa desafíos, el green marketing también abre oportunidades importantes: refuerza la reputación, mayor oportunidad de mercado y atracción de clientes comprometidos.
En la Ciudad de México, el 66 % de las personas interesadas en la sustenabilidad están dispuestas a pagar más por productos respetuosos con el medioambiente.
Este comportamiento confirma la postura de José Reynoso González: “el consumidor moderno no solo compra productos, sino que valora y recompensa valores”.
Por ahora, marcas globales como Nike, Adidas e IKEA ya han integrado estas iniciativas con productos elaborados con materiales reciclados o biodegradables, y centran sus mensajes en destacar su compromiso con el planeta. Sin embargo, la clave no está únicamente en lanzar productos “verdes”, sino en construir ecosistemas con responsabilidad social y ambiental.
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