Impulso en comercio y M&A gracias al nearshoring: Javier Reyes de la Campa
México está viviendo una transformación en el comercio internacional, con el fenómeno del nearshoring emergiendo como un catalizador. Este cambio no solo promete remodelar las exportaciones no petroleras del país, sino que también ha encendido el dinamismo en el mercado de fusiones y adquisiciones (M&A), resalta Javier Reyes de la Campa, analista financiero.
Las principales ventajas incluyen la reducción de costos de transporte, logística y mano de obra, junto con una mayor capacidad para mitigar riesgos dentro de la cadena de suministro, una lección aprendida durante las interrupciones causadas por la pandemia.
Las industrias listas para aprovechar los beneficios de la cercanía geográfica abarcan un espectro que incluye vehículos de pasajeros, autopartes, vehículos de carga, computadoras, monitores, cables, electrónicos, productos farmacéuticos, dispositivos médicos, logística, almacenamiento y transporte.
Las proyecciones indican un aumento del 20 % en las operaciones de levantamiento de capital y deuda, así como en fusiones y adquisiciones para el año 2024, respaldado por el T-MEC y los beneficios del nearshoring. Sin embargo, el Consejo de Empresas Globales señala desafíos legales y regulatorios.
La diversidad de sectores dinámicos en fusiones y adquisiciones en México es evidente, abarcando manufactura, logística, transporte, bienes raíces industriales, tecnología y servicios financieros. Ejemplos concretos incluyen adquisiciones en bienes raíces industriales, fortaleciendo la posición estratégica de México como un destino clave para inversiones.
Los postores con sede en EE. UU. dominan la escena de M&A, pero la presencia creciente de empresas chinas y otros actores internacionales, como Alemania, indica la amplitud de la relocalización cercana. Este fenómeno no solo afecta a industrias tradicionales, sino que también abre nuevas oportunidades en el ecosistema de startups.
A pesar de las perspectivas optimistas, se proyecta un impacto sustancial en la economía mexicana a largo plazo, con un aumento del PIB entre un 1.5 % y un 2.5 %, y un incremento en la productividad laboral de un rango de entre un 15 % y un 30 % para el año 2030. Sin embargo, Javier Reyes de la Campa, enfatiza la necesidad de medidas que fomenten la colaboración, capacitación y financiamiento para maximizar su potencial.
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